“Cristina es un ordenador hacia adentro y una referencia hacia afuera”

El nuevo presidente del bloque de senadores del Frente para la Victoria, Marcelo Fuentes, confió en que seguirán “trabajando juntos” con la bancada que lidera Miguel Pichetto, del PJ.

La senadora Cristina Fernández conformó su bloque, con ocho integrantes. Estará presidido por el senador nacional por Neuquén Marcelo Fuentes y llevará el mismo nombre que tiene la bancada kirchnerista en la Cámara Baja: Frente para la Victoria – PJ.

La semana pasada, el senador Miguel Ángel Pichetto conformó un interbloque de 25 senadores, llamado “Justicialista”. La mayoría son representantes de gobernadores del PJ y se sumaron los chubutenses Alfredo Luenzo y Mario Pais, y los pampeanos Daniel Lovera y Norma Durango.

 

 

Los ocho integrantes del bloque kirchnerista son: la correntina Ana Almirón, la mendocina Anabel Fernández Sagasti, la chubutense Nancy González, la chaqueña María Inés Pilatti Vergara, la santafesina María de los Ángeles Sacnun y la santacruceña Ana María Ianni.

La conformación de los nuevos bloques ya están publicadas en la página web del Senado.

 

 

En diálogo con Diario Vivo, Fuentes responsabilizó al gobierno nacional de la ruptura del bloque del Frente para la Victoria y el Justicialismo y confió en que seguirán “trabajando juntos”. No obstante, el presidente del FpV – PJ admitió que el apartamiento de Pichetto lo descolocó. “Es como si un día llegás a tu casa y tu mujer te cambia de lugar la cama”, sintetizó.

 

¿Cuál será el rol del bloque del Frente para la Victoria en el Senado?

-El rol es de claro contenido opositor contra la precarización laboral y previsional y contra los tarifazos, en donde tengan voz los sectores que son objeto del ajuste.

 

¿Cuál va a ser la relación con el bloque que encabeza Miguel Ángel Pichetto?

– La conformación va a surgir a partir de los contenidos que se discutan, no hay un agrupamiento automático. El ejemplo fue la reforma previsional. Con muchos de los ex compañeros vamos a trabajar juntos.

 

¿A quién responsabiliza del quiebre del Frente para la Victoria y del PJ?

-El gobierno logró dividir el bloque. A medida que transcurra el tiempo y se incremente el ajuste, el empobrecimiento y la política represiva del Estado, va a surgir el apoyo en la calle. Hoy, Cristina es un ordenador hacia adentro y una referencia hacia afuera. Se monta un aparato represivo en consecuencia -en el sur se está viviendo una nueva doctrina de seguridad-,  se utiliza la prisión preventiva de manera arbitraria y se inventan causas para silenciar a la oposición.

 

¿Ya conversó con el bloque “Justicialista” para saber cómo votarán la reforma laboral y el pedido de desafuero?

-El desafuero es una cortina de humo. Formalmente, no prospera y, materialmente, el delito es un invento. Nuestra posición con respecto a la reforma laboral es de claro rechazo. Con el bloque de Pichetto no hablamos porque todo esto fue una maniobra del jefe del bloque, que se retiró. Es como si un día llegás a tu casa y tu mujer te cambia de lugar la cama. Nosotros estamos en el bloque en el que estábamos, el Frente para la Victoria – PJ. El que se retiró y armó un bloque nuevo fue Pichetto.

 

¿Pero entonces cree que la división del bloque no fue sólo responsabilidad del gobierno?

– No digo que haya sido consciente. No digo que forme parte de la maniobra del gobierno, pero la estrategia de Pichetto es funcional. También, hay una necesidad de los gobernadores, hay que ver con qué tanto los amenazaron para que aceptaran la reforma previsional y el el pacto fiscal.

 

¿Cómo evalúa la decisión del juez Claudio Bonadío de procesar a Cristina Fernández y otros por “traición a la patria y encubrimiento”? 

-Este es un problema si uno es personaje oscuro o coherente. Bonadío sorprende todos los días con sus decisiones, es el magistrado de la obsecuencia del poder. Lo que ha hecho es una barbaridad jurídica, es una persecución. Pero está muy claro, porque pasó en todos los momentos de la historia: toda vez que hay una restauración conservadora, viene acompañada por la persecución militar. En este caso, la persecución es judicial y mediática.