Leído y releído por millones de niñas a lo largo de los años, “Mujercitas”, celebra su cumpleaños n° 150. Pero pocos conocen la historia detrás de este icónico clásico.
LA HISTORIA DETRÁS DEL CLÁSICO
Los motivos detrás de la publicación de “Mujercitas” son curiosos. Louisa May Alcott, su autora, ya se dedicaba a la escritura. Había publicado varios escritos: thirllers, relatos periodísticos e incluso una crónica de su experiencia como enfermera durante la Guerra de Secesión. Su editor, Thomas Niles, había percibido algo en ella. O tal vez tuvo la visión suficiente como para ver un hueco en el mercado que podía ser explotado.
Por aquel entonces, existían libros que narraban aventuras destinados específicamente a los varones pero ninguno para el público femenino. Así que le pidió a Alcott que escribiera una historia para niñas.
Alcott estaba sorprendida. Según reconoció en su diario ella no sabía nada sobre niñas. No estaba casada ni tenía hijos y ni siquiera le agradaban mucho los niños. Entonces, Alcott escribió sobre lo que mejor sabía y conocía de primera mano: su relación con sus hermanas.
EL SECRETO DEL ÉXITO
“Mujercitas” ha sabido ganarse los corazones de millones de lectoras a lo largo de los años por una buena razón. Es una obra genuina, con personajes reales que intentan romper con las pretensiones establecidas. Representa a generaciones de mujeres que siempre tuvieron que luchar para conseguir su lugar en el mundo.
El éxito de “Mujercitas” responde precisamente a que logra una identificación con sus lectoras. Una novela costumbrista, sobre situaciones cotidianas que, a pesar de que ha pasado más de un siglo, sigue despertando esa conexión tan especial con el público.
El personaje de Jo hace 150 años que es un modelo a seguir para millones de niñas alrededor del mundo. J.K Rowling, Simone de Beauvoir, Margareth Atwood y Elena Ferrante por mencionar sólo alguna de las autoras que han sido inspiradas y que se han visto reflejadas en la entrañable y combativa Jo.
UN BUEN CHISTE
Tal vez porque Alcott escribió sobre algo que conocía o porque las niñas de hace 150 años pedían a gritos un libro con el cual identificarse pero la primera tirada de “Mujercitas” de 200.000 ejemplares se agotó en tan solo dos semanas. La autora realizó una pequeña entrada en su diario sobre el suceso al que calificó como “un buen chiste“. El sensacional éxito de la novela le permitió a su autora cumplir su sueño. Se convirtió en una escritora a tiempo completo.
UNA PROBLEMÁTICA DE GÉNERO
Este libro, lectura imprescindible para las niñas, no lo es así para los varones. Una novela que, desde sus orígenes, nació concebida como una novela para niñas. Hoy 150 años más tarde, no ha logrado trascender la etiqueta de género y todo por un simple prejuicio.
“Mujercitas” nació al amparo de la problemática de género no porque en aquel momento se plantearan las discusiones que están tan en boga en los tiempos que corren. Sino porque desde sus comienzos fue pensado como una historia exclusivamente para niñas. De hecho, muchos hombres que han leído y disfrutado la novela como John Green –autor que alcanzó fama mundial con su libro “Bajo la misma estrella”– reconocieron que hasta les daba vergüenza admitir que habían leído “Mujercitas”
¿LA PRIMERA NOVELA FEMINISTA?
“Mujercitas” ostenta el título de ser una de las primeras novelas feministas. Sin embargo y, al mismo tiempo, despierta críticas en el movimiento de mujeres.
Primero debemos situarnos en el contexto en que esta obra fue escrita. Hace 150 años cuando los hombres iban a la guerra, eran las mujeres quienes se hacían cargo de la situación. Criaban a sus hijos, administraban sus hogares pero, por sobre todas las cosas, sacaban a sus familias adelante. Y es que esta imagen de mujer maternal que proyecta el clásico es percibida como problemática por los detractores de “Mujercitas”.
Sin embargo, y teniendo siempre el contexto de época en mente, lamentablemente las mujeres no tenían mayores posibilidades. El hecho de que una niña como Jo manifieste su deseo de ser escritora y no casarse es el grito de una generación que, silenciosamente y en su vida cotidiana, intenta escapar del purgatorio de los roles de género.
Las críticas más furibundas a la obra apuntan más al destino de las Mujercitas en las sucesivas secuelas. Louisa May Alcott recibió montones de cartas de lectoras que pedían a gritos conocer el destino de las hermanas March. Todas las misivas coincidían en el deseo de que Jo se casara.
La autora sucumbió a la presión pero se tomó una pequeña revancha. Con quien la casó no era con el que querían las fanáticas. Muestra de una pequeña rebeldía de la autora ante una sociedad que percibía al casamiento como el destino último –y el único en definitiva– de las mujeres.
Es fácil ponerse en una posición de crítico luego de los avances y las conquistas de las mujeres en 150 años. Pero que hace 150 años haya existido un libro que reivindicaba el deseo de una niña de seguir sus sueños ha inspirado y aún inspira a millones de niñas a luchar por forjar su propio camino. Sin lugar a dudas, una obra revolucionaria que le permitió a las niñas del mundo soñar con un destino mejor.