El vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, aseguró que, desde que asumió la función pública, en diciembre de 2015, no tomó “ninguna decisión” ni tuvo “ninguna influencia” que favorezca a Farmacity.
“No tomé ninguna decisión ni tuve ninguna influencia en nada que tenga que ver con la compañía desde el día que me convocó el Presidente“, afirmó en una entrevista en radio Mitre.
“A todos nos duele la deconfianza. Si tomé está decisión de poner el hombro para la construcción de un país, lo último que haría es deshonrar el mandato de la sociedad de no mentir y no robar. Para mí, con esto no se jode”, apuntó. “Yo no pido un acto de fe. Digo la verdad y cada uno puede creerme o no”, agregó.
La presencia de Quintana en una prolongada entrevista con el periodista Jorge Lanata se produjo luego de que una investigación periodística del programa “PPT” revelara que el vicejefe de Gabinete mantiene el 2,09 por ciento de las acciones de Farmacity, pero tiene el equivalente al 53 por ciento del control en la toma de decisiones de la cadena de farmacias.
El funcionario aclaró que no intervino en ningún proceso que afectara a la compañía y que está en proceso de venta de sus acciones en Pegasus, que es la sociedad que controla Farmacity. Las mismas serían compradas por los socios de la compañía.
“Hablé con mis socios de Pegasus para que compren mis acciones. Estas compañías se suelen valuar en la región entre 10 y 12 veces de su resultado operativo, que es de 40 millones”, apuntó.
De esta manera, el valor actual de la empresa ascendería a unos 400 millones de pesos.
Quintana explicó que tenía el 53 por ciento del poder de voto en la toma de decisiones de Farmacity, a pesar de tener apenas el 3 por ciento de las acciones, porque era socio gerente de la compañía y los inversores minoritarios delegaban en el directorio el control.
“Pegasus era un grupo de gerentes que poníamos parte de nuestro capital y, después, salíamos a buscar inversores y se delegaba en mí y en los otros socios el poder de decisión o la gerencia. Los socios gerentes controlan los votos de la compañía”, indicó.
El vicejefe de Gabinete indicó que los principales socios de la firma son los empresarios Alejandro Gorodisch y Carlos Preiti y el resto es “una cantidad de inversores menores, de distintos lugares del mundo”. Quintana justificó la radicación de la firma en Delaware, en Estados Unidos, alegando que es un “espacio de transparencia fiscal”.
“Cuando participan inversores de distintos lugares del mundo, se busca un espacio de transparencia fiscal, donde cada inversor paga sus impuestos en el país de origen. Acá no hay nada que ocultar y ningún elemento de evasión fiscal”, aseguró.
Quintana indicó que la Oficina Anticorrupción (O.A) no objetó una “posible incompatibilidad” por su participación accionaria en Farmacity, sino que el exigió el compromiso de no participar “en las decisiones que puedan afectar a la compañía”.
“Toda mi situación personal fue declarada ante la O.A. en tiempo y forma. Estoy en proceso de vender mis acciones. Hay un apoderado que representa mis votos, pero que no recibe mis instrucciones, sino de un fondo fiduciario”, explicó.
“No hay incompatibilidad jurídica entre mi rol de accionista y de funcionario público. Yo renuncié al directorio cuando asumí y cedí mis poderes de voto en los directores que manejan Pegasus y jamás ejercí ninguna influencia sobre la justicia en mi vida de funcionario. Ellos no me consultan cuando quieren hacer una acción ante la Justicia y la Justicia decidirá como en cualquier país serio”, aseguró.
Al ser consultado sobre por qué no se desprendió antes de sus acciones en la Pegasus, Quintana alegó que, al inicio de su gestión, no tuvo tiempo para pensarlo y ahora que tomó la decisión de continuar en la función pública, realiza el “duelo personal” y analiza la mejor opción para venderlas.
“No vendí antes las acciones porque, en diciembre de 2015, me zambullí en todo el despelote que nos habían dejado y no había cabeza para otra cosa. Me voy a quedar en la política, en eso no hay marcha atrás. Pero, es una empresa que yo fundé y hay un duelo personal. Ahora decidí vender las acciones”, explicó.
Farmacity tiene un litigio judicial contra la provincia de Buenos Aries por una legislación que no le permite instalarse en ese territorio. El pleito escaló hasta la Corte Suprema de la Nación, que aún no lo analizó, y, en simultáneo, se está tratando un proyecto de ley en la Legislatura bonaerense para reforzar las restricciones impuestas a las S.A. para operar en el sector farmacéutico.
“Se trata de un poder independiente, con lo cual la influencia es absolutamente nula y la Corte decidirá lo que tenga que decidir. Estamos alimentando una sospecha de que vengo sostener un ocultamiento. Yo quiero llevar la tranquilidad de que yo no miento y, si Dios quiere, en los próximos 30 días habré vendido mis acciones”, aseguró Quintana.
“No mentimos, no robamos y estamos acá para trabajar para la gente. No intervine en ningún proceso que afectara a la compañía. Yo no miento y este gobierno va a seguir diciendo la verdad”, reafirmó.