El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, presentó el proyecto de Presupuesto 2019 ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados.
Gran parte de la exposición de 14 minutos del funcionario estuvo destinada a justificar el “equilibrio fiscal primario” al que apunta el Presupuesto.
“Lamentablemente, la Argentina ha tenido equilibrio fiscal durante muy pocos años en las últimas décadas. De hecho, los últimos 60 años tuvimos en promedio un déficit primario consolidado del 2 por ciento del PBI”, apuntó Dujovne.
“Para reducir nuestra vulnerabilidad, decidimos avanzar más rápido hacia un equilibrio externo y fiscal”, concluyó.
Flanqueado por el secretario de Hacienda, Rodrigo Pena, y el de Finanzas, Santiago Bausili, Dujovne explicó que “converger hacia el equilibrio fiscal es uno de los objetivos centrales de la política económica de este gobierno”.
“Lográndolo vamos a resolver esta debilidad endémica en la economía argentina”, afirmó. “Heredamos en 2015 un panorama fiscal desafiante”, agregó el ministro. En este sentido, precisó que el déficit primario consolidado era superior al 5 por ciento del PBI y el gasto primario nacional era de 24 por ciento.
Dujovne aseguró que, de 2015 a 2018, la gestión de Mauricio Macri logró bajar el gasto primario de la Nación en 2,3 puntos y estimó que hasta 2019 ser reducirá 4 puntos del PBI.
“En 2016, bajamos el gasto en 0,3 en términos reales; en 201,7 en 3 por ciento; en 2018 proyectamos que baje en 6 por ciento y para 2019 proyectamos una reducción de 7,7 por ciento real”, precisó. No obstante, aclaró que el año que viene el gasto en jubilaciones, pensiones contributivas y asignaciones familiares aumentará en 0,2 puntos porcentuales, llegando a 10,1 del producto, “el máximo de la historia”.
Dujovne destacó que “el esfuerzo fiscal” permitió el crecimiento de la economía de 2,9 por ciento hasta el primer trimestre de 2018, tras siete trimestres consecutivos de crecimiento. “Sin embargo, ocurrieron una serie de shocks que nos apartaron transitoriamente del sendero de crecimiento”, explicó y anticipó que la contracción económica de este año será de 2,4 por ciento.
Dujovne aludió a la sequía, que fue la más intensa de los últimos 50 años; la suba de las tasas de interés en Estados Unidos, que redujo la liquidez global de dólares y generó la salida de capitales de las economías emergentes; la crisis en Brasil, Turquía y las peleas comerciales entre Estados Unidos y China, que generaron mayor incertidumbre en el mundo. También mencionó “los sucesos judiciales”, que generaron inestabilidad en la inversiones comprometidas.
“Estos shocks llegaron cuando todavía no habíamos terminado de corregir los desequilibrios heredados y Argentina todavía tenía un elevado déficit fiscal”, concluyó. “Años de inflación elevada hicieron que a la economía argentina le costara absorber el impacto de shocks”, agregó.
Dujovne reconoció que la depreciación que sufrió el peso este año generó mayores expectativas de inflación y mayor inestabilidad en el tipo de cambio nominal.
Las metas de resultado fiscal primario pasaron a ser de 2,7 por ciento para este año, equilibrio para 2019 y de 1 punto de superávit para 2020.
“Estos cambios implican un ahorro de 5 puntos del producto entre 2018 y 2020, lo que equivale a unos 25.000 millones de dólares”, abundó el ministro.
Dujovne reconoció que la desaceleración de la actividad, la inestabilidad cambiaria y la escalada de la inflación “impactan negativamente sobre la situación económica de los argentinos y su calidad de vida”.