En medicina hay pocos temas que arrastren tantos mitos como la anticoncepción.
A veces, estos mitos pueden estar sustentados en conocimientos científicos que ya no están vigentes. Lo malo es que persisten, incluso, entre los profesionales médicos y generan barreras para acceder a los métodos anticonceptivos más efectivos.
¿Cuáles son algunas de las creencias que aún persisten y se transmiten incorrectamente? La ginecóloga María Elisa Moltoni (MN 114737), del Departamento de Planificación Reproductiva de Halitus Instituto Médico, resaltó que las siguientes son cinco ideas falsas acerca de la anticoncepción, que a su vez son las más difundidas.
• La pastilla “del día después” es abortiva
No es abortiva. ¿Cómo actúa? Intenta frenar la ovulación de la mujer y transforma el moco de la entrada del útero en un moco impenetrable para los espermatozoides (por eso es mejor no esperar al día después para tomarla, si no lo antes posible). No logra evitar todos los embarazos, porque si la mujer ya ovuló y tiene relaciones sin protección, a veces la pastilla no hace efecto. Si luego de tomarla se produce igualmente un embarazo, no aumenta la tasa de aborto ni produce ningún tipo de malformación en el feto.
• Sólo puedo tomar una pastilla “del día después” por año
La pastilla de emergencia intenta evitar embarazos no planificados. No contiene estrógenos, y es una sola dosis de levonorgestrel. Es un mito que hay un máximo de veces para tomarla. Si bien la pastilla frena la ovulación, el óvulo “que no salió” puede hacerlo más tarde ese mes. Por lo tanto, si la mujer tiene otra relación sin protección, aunque sea al día siguiente, tiene que volver a tomarla. Desde ya, habrá que aconsejarle a esa mujer buscar otro método de anticoncepción más efectivo, así como usar correctamente el preservativo siempre, para evitar enfermedades de transmisión sexual.
• Los anticonceptivos hormonales traen cáncer
Los anticonceptivos hormonales demostraron disminuir el riesgo de cáncer de ovario y de endometrio, con un efecto beneficioso que dura varios años post suspensión del anticonceptivo. También disminuyen los tumores malignos de colon y recto. Con respecto al cáncer de mama, se observó que casi no aumenta durante el uso de pastillas o en gente que las usó hace poco. Este mínimo efecto parece diluirse en el tiempo, sin observarse influencia sobre este tumor si el uso de pastillas fue hace más de cinco años. Algo similar ocurre con el cáncer de cuello de útero, del cual el principal responsable es un virus. A pesar de esto, no se aconsejan hormonas si la mujer ha tenido cáncer de mama en el pasado. Con el uso de anticonceptivos hormonales no se observa influencia positiva ni negativa en otros tumores como el cáncer de piel, pulmón, etcétera. Además, las dosis hormonales que contienen hoy en día, son mucho menores de las que se usaron en el pasado. La eficacia se mantiene a pesar de la menor dosis, sin embargo, los efectos adversos han bajado.
• Los anticonceptivos orales engordan
En la mayoría de los estudios no se observa aumento de peso significativo de las usuarias de anticonceptivos hormonales combinados. Es probable que este mito provenga del pasado, donde se usaban dosis más altas que hacían ganar peso y retener líquido. De todas maneras, algunos tipos de anticonceptivos pueden generar aumento de peso en un pequeño porcentaje de usuarias, tal es el caso del acetato de medroxiprogesterona. De todas maneras, el embarazo produce mucha más ganancia de peso que cualquier anticonceptivo.
• Los anticonceptivos generan trombosis
Las pastillas, en especial las que contienen estrógenos, modifican algunas proteínas que intervienen en la coagulación de la sangre. Por eso el riesgo de problemas relacionados a trombosis y ACV aumenta. Este aumento de riesgo depende, a su vez, de otros factores de la usuaria (el mayor riesgo está asociado a mujeres que fuman, a obesas, a si tiene trombofilias y con la mayor edad). La posibilidad de que ocurra una trombosis en mujeres en edad reproductiva es de cinco casos cada diez mil, mientras que con el uso de anticonceptivos es de 8 a 9 cada diez mil usuarias, y se da más en mujeres con los factores de riesgo que nombramos antes. Entonces, si bien el riesgo de trombosis aumenta, el aumento en cuanto a una posibilidad real de que ocurra es bajo y, en general, son mucho mayores los beneficios de usar un anticonceptivo para evitar un embarazo no planificado.