La librería “Las luces” cierra después de 60 años

Ubicada en avenida De Mayo 979, el dueño puso a la venta 150.000 ejemplares a precios “apenas mayores que el de un diario”.

José Roza, dueño de la Librería de las Luces, anunció hoy el cierre de ese espacio, uno de los más tradicionales reservorios de libros descatalogados a precios accesibles de la Ciudad de Buenos Aires, porque, aseguró, no puede afrontar el déficit producto de la crisis por la pandemia de coronavirus, que “vació la zona” en la que está ubicada, en Avenida de Mayo 979.

“En el centro hay poca gente, muchos trabajan a distancia, los hoteles estaban cerrados, ahora puede haber un poco más de movimiento, pero la recuperación es muy lenta. En este momento se está vendiendo, desde hace una semana pusimos el cartel de cierre y hubo un chispazo de ventas pero venimos con un déficit de 300.000 pesos todos los meses y hablé con el dueño del local porque me di cuenta que no iba a poder reaccionar”, dijo Roza en diálogo con Télam.

El acuerdo con el propietario del local es entregarlo el 30 de junio y es lo que el librero denominó “el Plan A”, después del retiro del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) para editoriales y librerías en noviembre de este año.

El hijo de Mario Roza, el fundador de La Librería de las Luces en 1960, explicó que ellos no solamente trabajaban con la venta al público en ese negocio del centro porteño, sino que también participaban de ferias que se hacían en todo el país, que el año pasado llegaron a ser 17 y este año pasaron a nada.

De esta manera, ciento cincuenta mil ejemplares a precios apenas mayores que el de un diario esperan ser rescatados por los lectores que pasen por la librería que fue fundada por Mario Roza en 1960 en Av. de Mayo pero al 615, donde funcionó por 37 años, hasta que en 1997 el propietario decidió, a través de su Consorcio de Administración, que sería mejor destino una sucursal bancaria.

Ese espacio había sido también el segundo domicilio de la Editorial SELA (Sociedad Editora Latinoamericana) cuya actividad los socios Mario Roza y Héctor Arenales habían iniciado en el año 1945.

Con la crisis de 2001, diseñaron una nueva estrategia: la organización y participación de ferias de libros desde Caleta Olivia hasta San Salvador de Jujuy y a través de muchos pueblos de la provincia de Buenos Aires. “Ese diciembre la muerte estuvo en la puerta de esta librería”, expresó José Roza, en el Facebook de la librería.

La estrategia implementada fue uno de los principales sostenes que la librería conservaba hasta la pandemia. “Ahora, después de siete meses de aislamiento, estamos empezando a escribir la última página de esta historia”, señaló Roza.

“Ahora estamos en esa tarea: desmontar la que fue construida y se mantuvo erguida por sesenta años en los que fue testigo de la Historia que pasó por esta calle, que une dos islas de la Democracia: el Congreso y la Casa Rosada”, agregó.

“Ciento cincuenta mil ejemplares a precios apenas mayores que el de un diario esperan ser rescatados por los lectores que durante años abrevaron en sus anaqueles”, concluyó Roza.

“Un orgullo del país”

Ante la noticia del cierre, la Fundación El Libro, integrada por la Cámara Argentina del Libro (CAL); la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP); la Sociedad Argentina de Escritores (SADE); la Federación Argentina de Librerías, Papelerías y Afines (Falpa); la Federación Argentina de la Industria Gráfica y Afines (Faiga) y el Sector Libros de la Cámara Española de Comercio (Cecra), emitió un comunicado en el que llaman “la atención de los gobiernos nacional y provinciales (en este caso puntual al de la CABA) sobre la crisis terminal del sistema de librerías, que ha sido un orgullo del país”.

“La indiferencia de los poderes públicos frente a esta situación condena a muchas de ellas al cierre, como única salida para los quebrantos mensuales sucesivos. Por eso, la necesidad de intervención estatal es imprescindible y urgente. No valdrá implementarla ‘post mortem’, con planes de reapertura o episodios mediáticos de conmiseración o análisis de ‘planes de rescate’ o similares. Librería que cierra, que desarma sus anaqueles y liquida su valioso fondo editorial, no reabre más”, expresaron.

La entidad que actualmente preside Alejandro Vaccaro -después de que terminara el mandato de María Teresa Carbano y antes del llamado a elecciones en marzo- dijo estar “a disposición para el intercambio de ideas, en busca de alternativas posibles y a favor del conocimiento que tenemos del sector”.

(Con información de Télam)