El secretario de Estado de Medios de Comunicación británico, John Whittingdale, insistió hoy con que Netflix debe advertir a sus usuarios que la serie “The Crown”, que trata sobre la vida de la Reina Isabel II y la Familia Real, es una dramatización basada en “especulaciones”.
El 15 de noviembre pasado estrenó en la plataforma la cuarta temporada de la serie, que se adentra en los años 80 y entre otras cuestiones trata con crudeza la intimidad de la conflictiva relación entre el Príncipe Carlos y Lady Di.
La cercanía temporal de los hechos que se narran, que involucran a muchos miembros de la realeza aún vivos, y por la sensibilidad que generó siempre en la Familia Real todo lo relacionado con la fallecida Diana Spencer, es que semanas atrás se pidió al gigante del streaming que colocara un aviso explícito para que los suscriptores supieran que se trata de una ficción.
El ministro de Cultura, Oliver Dowden, había enviado una carta con la solicitud, pero Netflix descartó la posibilidad. “Siempre hemos presentado ‘The Crown’ como un drama y confiamos plenamente en que nuestros socios comprenden que es un trabajo de ficción, basado en gran medida en acontecimientos históricos. Por lo tanto, no tenemos planes y no vemos necesidad de incluir una advertencia”, indicó Netflix en un comunicado remitido a los medios.
Hoy fue Whittingdale quien retomó la cuestión ante un comité de la Cámara de los Comunes, según informaron distintos medios británicos.
“Buena parte (de la serie) consiste por ejemplo en conversaciones entre Su Majestad la reina (Isabel II) y su hermana, la princesa Margarita, o entre la reina y su esposo. No creo que Netflix estuviera en la habitación en ese momento, así que inevitablemente es una dramatización”, argumentó, tan cierto como obvio, Whittingdale.
El funcionario insistió en que “no haría daño” recordar a los espectadores que la serie “no está basada en ningún conocimiento profundo, sino que es una dramatización en base a la imaginación o las especulaciones de alguien sobre lo que podría haber ocurrido”.
La cuestión es que en la actualidad no existe ninguna legislación que permita al Gobierno británico forzar a Netflix a cumplir con lo que demanda, por lo que Whittingdale no descartó que en el futuro se implementen regulaciones a las plataformas extranjeras.
“Los medios de comunicación tradicionales británicos están sujetos a requisitos bastante estrictos y, por otro lado, están los servicios de video a demanda, que no están sujetos a ninguna regulación. Eso es algo que marca una gran diferencia. Si quisiéramos o no tener algún tipo de requisitos básicos en los servicios de video a demanda, es algo en lo que creo que el Gobierno podría pensar”, señaló. (Télam)