En el marco de la Bienal de Arte Contemporáneo de América del Sur (Bienalsur), se inaugurará mañana una muestra de fotografía, que tiene como protagonistas a jóvenes de Fuerte Apache y la Villa 21-24 de Barracas, que se podrá visitar en la Plaza San Martín y la Torre Monumental.
“Imágenes de mi mundo” es el nombre de la muestra que se inaugurará mañana en el marco de la Bienalsur, una propuesta impulsada por el fotoperiodista iraní Reza Deghati, que convocó a 50 jóvenes de los dos barrios para retratar las realidades de sus vidas cotidianas en clave fotográfica.
En una suerte de introducción al fotoperiodismo, la propuesta Deghati invitó a los jóvenes a retratar su entorno, sus prácticas, los espacios que habitan y cómo lo hacen, ventanas para quienes desconoces estas realidades, vistas por quienes las viven día a día.
Hace siete meses que los jóvenes comenzaron el proyecto, a partir de dos talleres que dictó el fotoperiodista en colaboración con media decena de fotógrafos locales, desarrollados en Barracas y el partido de Tres de Febrero, en el marco de un proyecto de educación visual impulsado por el corresponsal de guerra iraní (que trabaja hace 27 años para National Geographic) y que viene impulsando estos encuentros hace 33 años, cuando comenzó en un campo de refugiados en Afganistán.
Aquí, los alumnos de entre 14 y 21 años tomaron los talleres que incluyeron contenidos teóricos, análisis fotográfico desde la técnica hasta la composición y lenguaje visual, y también encuentros de carácter práctico, en los que la propuesta era recorrer las calles para fotografiar sus trayectos cotidianos, colegios, casas, trabajos, con cámaras digitales otorgadas por el taller a cada uno de sus participantes.
En entrevista con Télam, el fotoperiodista y corresponsal expresó que “esta parada es parte de un rompecabezas que viene de la afgana Kabul en Asia central; de Bamako en África; del Kurdistán iraní; de Tolouse en Francia y de Sicilia en Italia, lugares donde enseño fotografía, comunicación, periodismo, radio, televisión y cine”.
El recorrido de Deghati es intenso y crudo: fue testigo del genocidio en Burundi, documentó la lucha contra los talibanes en Afganistán, en zonas de conflicto en Rusia, China, Monrovia y con esas imágenes hizo instalaciones, muestras, editó más de 30 libros y sobre todo creó los talleres con lo que buscó “transformar a las víctimas en testigos de su propia vida y detener los ciclos de violencia”, comentó a Télam.
En una propuesta que busca conectar a sus protagonistas con la vida que viven, una suerte de vinculación emocional con la realidad que nos rodea, en la que el arte una vez más, se propone como herramienta transformadora de las subjetividades.