Los viernes a las 22.30 se presenta de forma presencial en el Metropolitan Sura Imprenteros, de Lorena Vega y hermanos. Un biodrama que, desde su estreno en 2018, sigue llenando la sala.
Además de continuar con las funciones, Vega prepara la película documental, que será codirigida junto al cineasta Gonzalo Zapico, y también desarrolla la publicación del libro que contará con una serie de fotos realizadas por César Capasso. Pero antes de todo eso, el recorrido autobiográfico en primera voz de la actriz se convirtió en un hecho escénico.
Lorena Vega conversó con Diario Vivo sobre el proceso de desarrollo que tuvo la obra, la forma en que dialoga el archivo familiar en el teatro y la percepción del público entre otros temas.
Diario vivo: Dirigiste e interpretaste muchas obras. Al momento de crear Imprenteros, un biodrama ¿Qué considerás que fue diferente en el modo de trabajo?
Lorena Vega: El estado de creación es similar en tanto una fuerza pasional está en ebullición; está sintonizada con un universo en particular. Todas las obras que dirigí me resultaron un trabajo de investigación, pero con Imprenteros me sentía en un laboratorio. Eso fue lo que más me entusiasmó. Cuando es algo tan autorreferencial, el tono y el límite entre lo privado y lo artístico es un lugar a investigar. Ese fue el desafío: encontrar un lugar de equilibrio sensible en el cual poder trabajar sobre mi historia. Yo tenía el desafío íntimo de poder darle lugar a mi propia voz, al mismo tiempo que ocupaba el rol de confeccionar la obra, dirigirla y escribirla. Eso también hizo que estuviese pensando los materiales en términos más técnicos. Pero es un diálogo entre procedimientos que conoces y otros que te interesan investigar porque no los habías probado nunca.
Diario Vivo: ¿Cómo fue el proceso de adaptación para que los materiales, que aparecieron en tu investigación personal, construyan teatralidad?
Lorena Vega: La teatralidad es un cuerpo en un espacio. Imprenteros es un entretejido de procedimientos que colaboran en narrar lo mismo, entonces, todo el tiempo trabaja sobre sistemas escénicos: el relato a público, la lectura, la descripción, la reconstrucción; todo el tiempo estaba la idea de procedimiento. Por lo tanto, la teatralidad siempre estuvo presente en el origen mismo del trabajo. Lo que sí surgió fue el entretejido de disciplinas; como la danza, la literatura, la música. Es como una orquestación de muchas situaciones y, en el resultado final, lo que el público ve es que empieza desde lo pequeño y se va expandiendo a otros sectores o lenguajes. Pero yo no empecé la obra por ahí. Fue más caótico y menos cronológico. Por dar un ejemplo, una de las primeras cosas fue la descripción de las fotos, de hecho empecé por la que estoy a upa de mi papá. También tenía fotos de las máquinas de mi papá que están en un territorio al que no puedo ingresar y me pertenece, entonces tenía un conflicto. Las fotos son el ordenador de la obra, el esqueleto y el broche; ahí estaba mi investigación, mi dispositivo. Y eso es intrínseco a la tarea, es el territorio en el que trabajamos.
Diario Vivo: Aún así, ese procedimiento y entretejido que mencionás no resulta complejo para el espectador…
Lorena Vega: Lo que se cuenta genera mucha identificación porque es una historia común. Una historia que es de todas y todos. Y es una decisión que tenga un lenguaje abierto, cercano, popular y accesible, pero el entretejido de la obra tiene mucho trabajo, muchas capas y es complejo. Complejo por lo que se ve a simple vista; lo tecnológico dialoga con los dispositivos a tracción sangre, como las escenas actuadas, y la combinación de estos distintos procedimientos no es sencilla, tiene que ser algo muy puntilloso para que una propuesta no exceda, no expulse o no rechace a la otra. Que la obra tenga un lenguaje para todo el mundo y que parezca sencillo, es porque detrás hay demasiado trabajo. Para mi es un halago que se perciba así la obra, porque cada palabra está elegida.
Diario Vivo: ¿Te interesaría repetir esta experiencia en algún futuro?
Lorena Vega: No sé si teatralmente. Esto se origina porque tenía la idea de llevar al cine algo de esa etapa de mi vida. Eso fue lo que le había comentado a Maruja Bustamante y ella vio que había un material ahí pujando. Hoy lo vuelvo a pensar para el cine, no sé si me veo haciendo de nuevo otra obra. Evidentemente tenía algo fuerte para decir, una necesidad. Pero arranque por una investigación de lo escénico, de cómo podía contar esto de alguna manera. Y ahora necesitaría un desafío por ese lado primero.
Diario Vivo: Durante el 2020 participaste de proyectos que dialogaron entre lo teatral y lo audiovisual como “El público”, de Mariano Pensotti; “El Barco”, de Mariano Tenconi; y dirigiste “Civilización”, escrita por Mariano Saba. ¿Cómo observas el proceso de hibridación que están atravesando las artes a raíz de la pandemia?
Lorena Vega: Sí. ¡Parece que solo trabajo con los Marianos! Hubo mucho tema con respecto al streaming que parecía que no garpa, pero lo que pasó con estos materiales y el público fue hermoso, enorme e inesperado. Hay una gran cantidad de camadas de actores y actrices que tenemos un porcentaje muy parecido de trabajos en el ámbito teatral como en el audiovisual. En otras épocas era más reducido el acceso al cine, era mucho más difícil hacerlo, ahora hay más recursos porque todo el mundo cuenta con una cámara. Somos generaciones que su trabajo es un ping pong entre un espacio y el otro. De hecho la gente joven hace mucho más en lo audiovisual que en lo teatral. Es una gimnasia que está muy ejercitada y que viene con un buen ritmo de investigación y abordaje. Fue muy interesante lo que Mariano Pensotti propuso al hacer foco en el público, porque luego vino la pandemia y fue tema el hecho de que todos fuimos público y que todas y todos nos convertimos en material de observación. Cuando fui a hacer El barco, fui a actuar en el lenguaje de Mariano Tenconi que a mi me encanta. Fui a investigar la actuación, porque en los ensayos le dabamos un carácter más gracioso, más paródico y cuando lo hicimos en vivo, con el vestuario y las luces, nos dimos cuenta que tenía que tener un tono más hipnótico que gracioso. Eso fue una linda sorpresa y lo descubrimos en el momento. Y Civilización fue un trabajo precioso del que estoy muy orgullosa y agradecida, fue muy en conjunto con Mariano Saba, que es alguien que entiende la escena, que comprende que todo se termina de cocinar ahí con el cuerpo, que su texto tiene una solidez tremenda e interactúa con cuestiones actuales muy importantes.
Diario vivo: Realizaste varios proyectos junto al dramaturgo y director Mariano Tenconi Blanco ¿Qué te convoca de sus propuestas? ¿Qué es lo característico de él que sigue atrapando?
Lorena Vega: Con Mariano Tenconi hay un ida y vuelta. Me encanta su propuesta, su lírica, los universos que aborda; cómo combina el humor y el drama, él te puede hacer estallar de risa y de la misma manera te hunde en un llanto muy profundo. Me identifico mucho con eso, hay algo ahí que nos une. Soy muy libre probando desde lo actoral y a él también lo estimula que juegue con sus materiales. Se ve que hay algo de mi paleta actoral que él también siente que responde, porque siempre es una grata sorpresa lo que sucede cuando se traduce en el cuerpo aquello que se escribió. Algo que pasa, que para mi esta bueno porque convive bien, es que yo tengo que encargarme de actuar. En Imprenteros me encargo de varios aspectos; dirijo, lo actúo, soy productora a la cabeza del proyecto, tengo mucha responsabilidad; entonces cuando voy a laburar una obra de Mariano algo se relaja. Si bien tengo que poner mucho desde lo actoral, porque son materiales muy exigentes, él dirige y esto me hace descansar en un aspecto del trabajo para concentrarme en una sola cosa que es actuar. Con mucho compromiso, obviamente, somos cooperativa y tomamos decisiones en conjunto, pero él comanda el trabajo y eso para mi es buenisimo, es placentero y hay una convivencia recontra armónica y compañera.
Imprenteros:
Funciones en el Metropolitan Sura
Viernes 22.30 h – Av. Corrientes 1343 – CABA
Entradas: click – Duración: 80 minutos
Hasta el 30 de abril
Ficha artística-técnica
Elenco: Lorena Vega, Sergio Vega, Federico Vega, Julieta Brito, Vanesa Maja, Juan Pablo Garaventa, Mariano Sayavedra, Christian Garcia.
Escenografía: M. Celeste Etcheverry
Vestuario: Julieta Harca
Iluminación: Ricardo Sica
Puesta en escena: Damiana Poggi y Lorena Vega.
Dramaturgia y dirección: Lorena Vega
Fotos: César Capasso
