El yacimiento pleistocénico de Vale da Pedra Furada (Piauí, Brasil), excavado por la Misión franco-brasileña de Piauí desde 2011, proporciona importantes resultados sobre las primeras ocupaciones humanas de América del Sur. El lugar es conocido por contener evidencias arqueológicas de ocupaciones humanas entre 40.000 y 5.000 años BP (antes del presente).
En 2016, los arqueólogos excavaron un nivel arqueológico que contenía 2.200 artefactos líticos. El análisis por carbono 14 de los carbones asociados a estos artefactos, así como el análisis por OSL (Optically Stimulated Luminescence) de los sedimentos alrededor de los artefactos revelaron que la capa en la que se encuentra la herramienta tiene entre 27.600 y 24.000 años BP.
Todos los artefactos líticos fueron manufacturados sobre cuarzo o cuarcita, y presentan características bien conocidas en la región. Sin embargo, uno de ellos se distingue por su gran tamaño y por las modificaciones que tiene en ambas caras.
Además, presenta características técnicas hasta el momento desconocidas en los sitios paleoamericanos. Se trata de una placa de arenisca limosa bien cementada de un largo máximo de 21,0 cm, un ancho máximo de 18,5 cm y de un espesor máximo de 2,9 cm, la cual fue tallada por los artesanos con forma hexagonal y simétrica en su longitud máxima, con una macrodenticulación producida por grandes extracciones en su periferia.
El análisis tecnofuncional y el análisis traceológico revelan una concepción técnica centrada en la configuración de biseles dobles y la producción, en la misma pieza, de al menos dos artefactos sucesivos con funciones probablemente diferentes. Esta pieza es, sin duda, de creación humana y revela una novedad técnica durante la ocupación pleistocénica de América del Sur.
A lo largo de toda la secuencia estratigráfica de Vale da Pedra Furada, existen quince niveles arqueológicos correspondientes a épocas diferentes, separados por capas sedimentarias estériles, que se corresponderían con momentos de abandono del sitio.
Un gran número de artefactos presentan rasgos en sus filos, tanto con retoque como sin él, que estuvieron, tal como revelan los análisis microscópicos, en contacto con materias animales y vegetales. Las materias primas predominantes utilizadas son el cuarzo y la cuarcita. Una tercera materia prima, la arenisca, se utilizó primordialmente en los niveles más antiguos.
Un artefacto excepcional
“Hasta ahora la arqueología oficial norteamericana consideraba que los primeros pobladores llegaron a América hace 15.000 años, sin embargo, el artefacto descubierto aquí se encontró en uno de los niveles arqueológicos que tienen una antigüedad de entre 27 600 y 24 000 años”, cuenta Ignacio Clemente-Conte, investigador de la Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades (IMF-CSIC). El hallazgo se ha publicado en la revista PLOS ONE.
Se trata de una plaqueta de arenisca limosa que presenta características morfológicas y técnicas excepcionales, que lo destacan en relación a todos los conjuntos líticos de Vale da Pedra Furada. Además, en la manufactura del instrumento los investigadores han reconocido cinco etapas distintas de transformación técnica que indican que el artefacto pudo tener varios procesos de uso.
Si bien el carácter intencional de este artefacto es incontestable, su función hoy en día permanece enigmática, según comentan los investigadores, que añaden que quizá se trate de un simple objeto de uso, o más probablemente, de un objeto con una función simbólica. Eso explicaría, al mismo tiempo, tanto su singularidad entre los conjuntos de útiles de esa capa arqueológica a la que pertenece, como el hecho de que no lo hayan encontrado tampoco en otros sitios.
En cualquier caso, lo que hace excepcional su hallazgo es su antigüedad. Los datos reportados para todos los períodos y regiones de América del Sur no permiten una comparación directa en términos de función y utilización. Según los investigadores, los datos actuales muestran que este artefacto si no es el más antiguo es uno de los más antiguos en América del Sur, resultante de una producción bifacial.
Además de Vale da Pedra Furada, existen otros asentamientos como el de Chiquihuite, en México, de más de 30.000 años y otro, el Cerutti Mastodon Site, en la Baja California, de 130 000 años, que demuestran la existencia de asentamientos en América de mayor antigüedad de lo que se creía hasta hace unos años.
Este nuevo hallazgo, por tanto, añade información importante acerca de una ocupación humana durante el Último Máximo Glacial (26.500 a 19.000 años BP), contradiciendo la teoría comúnmente admitida de una ocupación humana post-glacial de América del Sur y confirmando la existencia de ocupaciones humanas en esta zona durante el pleistoceno. Estas poblaciones poseían un conjunto de útiles muy variados, lo que refleja una cultura material rica y diversificada, como la de cualquier otra sociedad humana.
El artefacto se encuentra custodiado en el Museo del Hombre Americano en Sao Raimundo Nonato (Piauí) en la Fundação Museu do Homem Americano.
Este proyecto cuenta con la participación de varias organizaciones, entre ellas el Ministère des Affaires Étrangères et du Développement International, el grupo de arqueología y ciencias de la antigüedad ARSCAN, el grupo de antropología de técnicas, espacios y territorios ANTET, la Université Paris Nanterre y el IMF-CSIC, entre otras.
(Agencia SINC)