Los expertos de Gendarmería Nacional firmaron hoy un informe donde establecen la forma en la que murió el fiscal Alberto Nisman, en el marco de un homicidio en donde habrían intervenido dos personas, y se la entregarán el próximo viernes al fiscal federal Eduardo Taiano, a cargo de la investigación.
Los involucrados insistieron en manejarse con extrema reserva, sobre todo teniendo en cuenta que la semana pasada, sin que hubiera nada firmado, se filtró que la conclusión hablaría de un homicidio donde participaron dos personas que drogaron con ketamina y le dispararon al fiscal haciendo creer que se trató de un suicidio.
Según se pudo saber de fuentes judiciales, el informe, que tendría unas 500 páginas, será entregado oficialmente al fiscal Taiano, quien enviará una copia al juez Julián Ercolini mientras evalúan los pasos a seguir.
Los trascendidos indicaban que las conclusiones oficiales de Gendarmería, descartando la hipótesis de un suicidio, iban a ser acompañadas por las querellas que representan a las hijas y a la madre de Nisman, Sara Garfunkel, mientras que los asesores del técnico informático Diego Lagomarsino iban a firmar aparte su propia versión en torno a una muerte autoinducida.
La reunión estaba prevista en el edificio Centinela, sede de la Gendarmería. Allí, de acuerdo con lo programado, iba a evaluarse lo que sucedió en la recreación de la muerte de Nisman, que tuvo lugar la semana pasada.
En la agenda también estaba la ponderación de la ausencia de pólvora en las manos del fiscal, la llamada “autopsia psicológica” y la manipulación del celular y las computadoras, todas sostenidas por la querella como indicadores de un magnicidio.
La causa intenta dar respuestas a lo que sucedió en el edificio Le Parc, de Puerto Madero, donde vivía el fiscal de la UFI AMIA que el 14 de enero de 2015 había denunciado a la entonces presidenta Cristina Fernández por encubrir a Irán en el ataque a la mutual judía.
El domingo 18 de enero de 2015 el cadáver de Nisman fue hallado en el baño del departamento con un tiro en la cabeza, que había salido del arma que le había prestado el día anterior -según su propio testimonio- el técnico Lagomarsino.