El terror suele ser garantía de buena taquilla, o al menos de rentabilidad asegurada para los estudios. Las películas del género, con sonoras excepciones, acostumbran a ser de producciones baratas al tiempo que generan un gran deseo de acudir al cine en compañía, de ahí que la nueva Scream llegara a las salas acompañada de previsiones optimistas. Lo hacía marcada por el relevo que Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett (firmantes de la aclamada Boda sangrienta) han hecho con el fallecido Wes Craven, siendo al mismo tiempo la secuela más tardía que se había realizado nunca de la saga, a once años del estreno de Scream 4.
La franquicia del slasher original que fue instaurada en los 90 tiene un fandom fiel a sus espaldas, que asistió a ver su último capítulo el día de estreno de forma que ya hay datos de cuál fue su desempeño durante el fin de semana de apertura. El caso de Scream es destacado porque además, dentro de Estados Unidos, se enmarca en un fin de semana “extendido”, al ser el lunes festivo por el día de Martin Luther King. Combinando esto con la correspondiente ansiedad, Scream debutó en 3.664 salas a lo largo de su país de origen, y consiguió recaudar 13.35 millones de dólares a su día de lanzamiento, este viernes.
Las previsiones, ahora mismo, barajan que Scream llegue al martes con más de 36 millones de dólares en los bolsillos, lo que supondría adelantar por fin a Spider-Man: No Way Home. La última aventura del trepamuros que encarna Tom Holland recaudó más de 1.300 millones de dólares a nivel global, situándose en cifras como no veíamos desde antes de la pandemia, y durante cuatro semanas encabezó el top mundial sin mucho problema. Hasta que llegó Scream, que con su triunfal primer fin de semana desplazaría a la película de Jon Watts al segundo lugar de la taquilla estadounidense.
Teniendo en cuenta que Paramount Pictures y Spyglass Media se gastaron 25 millones de dólares en la película, Scream ya consiguió ser rentable de facto, y está a punto de imponerse en un ránking donde Sing 2 y King’s Man: el origen cierran filas a espaldas de la destronada No Way Home.
Durante sus fines de semana iniciales Halloween Kills recaudó 49.4 millones en paralelo a que Un lugar en silencio 2 obtuviera 47.5 millones; marcas de las que Scream quedará cerca. Algo meritorio, puesto que los films citados no tuvieron que lidiar con la contagiosa variante Ómicron, y Scream sí lo está haciendo sin que Ghostface se haya acobardado.