Hace un tiempo que pareciera que el legado de Shrek se reduce a un acuerdo colectivo de que sus películas fueron geniales y son un meme inagotable para Internet, pero esto podría cambiar pronto. Hace cerca de un año supimos que Universal pretendía sacar adelante a través de DreamWorks una nueva película de El gato con botas, justo diez años después del estreno del primer spin-off de Shrek. Era inevitable contemplar esta decisión con cierto escepticismo, puesto que el personaje doblado por Antonio Banderas a partir de Shrek 2 (donde robaba cada escena que aparecía) ya había dado pie a cortometrajes e incluso una serie de televisión, sin trascender del público infantil.
Además, la susodicha película tampoco había sido ningún triunfo crítico… pero de todas formas Universal había puesto a los mandos de la secuela a Bob Persichetti, uno de los directores de esa revolución animada que tuvo por título Spider-Man: Un nuevo universo. Ahora debemos dejar de lado escepticismos porque El gato con botas: El último deseo parece venirse estupenda, pese a haber perdido a Persichetti durante la producción (sus directores son Joel Crawford y Januel Mercado). Universal acaba de publicar su primer tráiler y de ponerle fecha de estreno para este 7 de octubre, volviendo a contar con Banderas para dar voz al carismático felino en una nueva aventura independiente de Burro, Shrek y Fiona.
Lo cierto es que a juzgar por el tráiler el asunto pinta divertido, pero lo mejor de todo es la animación: El último deseo presenta combinaciones con el 2D estilo que hemos visto en Sony Animation a través de la citada Un nuevo universo o La familia Mitchell vs. las máquinas, añadiéndole un atractivo visual muy reseñable. La película, por lo demás, se centra en una grave situación para Gato, pues gastó ocho de las nueve vidas que tiene como… eso, gato. En Argentina y otros países siempre hemos entendido popularmente que los gatos tienen siete vidas, pero por cosas de la traducción y la cultura tendremos que asumir que Gato ha perdido ocho, y no seis, para que el argumento funcione.
El caso es que al protagonista solo le queda una en el cargador por vivir demasiado al límite, de forma que tendrá que encontrar ese “último deseo” del título para restaurar sus vidas. El eslogan, convenientemente, es “vive cada aventura como si fuera la última”.