Todo terminó quedando en la nada, pero la actuación de Jennifer Lopez en Estafadoras de Wall Street fue una de las cosas más comentadas de la carrera de los Oscar de 2019. La actriz se había marcado una interpretación memorable como una stripper que se organiza con otras compañeras para estafar a corredores de bolsa, en un thriller de modos scorsesianos que tras una entusiasta acogida crítica fue desinflándose de camino al encuentro con la Academia. Lopez, de hecho, solo terminó siendo nominada al Globo de Oro, mientras Estafadoras de Wall Street se quedaba en una carta de presentación para su directora, Lorene Scafaria, moderadamente efectiva. Posteriormente, de hecho, sería nominada al Emmy por dirigir un episodio de la tercera temporada de Succession.
Y poco más. No obstante, el caché de Scafaria puede empezar a remontar gracias a su siguiente proyecto, del que da cuenta The Hollywood Reporter. Se trata del largamente postergado biopic dedicado a los Bee Gees, grupo de pop australiano formado por los hermanos Barry, Robin y Maurice Gibb. Entre los 60 y los 70 los Bee Gees conquistaron la fama por su música disco y sus inolvidables falsetes, que engrosarían la banda sonora de Fiebre de sábado por la noche (con temazos como Stayin’ Alive o la homónima Saturday Night Fever) para terminar de consagrarlos. Luego de que Maurice y Robin murieran en 2003 y 2012, Barry es el último Bee Gee, y como cabría esperar está muy pegado al proyecto que recogería la historia de la banda, cofinanciado por Paramount y Amblin.
La película de los Bee Gees aún no tiene título, pero llegó a Scafaria tras bastante tiempo dando vueltas por los despachos de Hollywood. Así, en un primer momento se planteó que Kenneth Branagh dirigiera la película, para posteriormente pasar a manos de John Carney. Parecía el más adecuado debido a su experiencia con musicales (de Once a Sing Street pasando por Begin Again), pero por problemas de agenda Carney no va a poder encargarse de la película, y esta fue a parar a manos de Scafaria. Será una nueva oportunidad de que su nombre sea conocido en Hollywood, a través de una película que sí juega bien sus cartas (en un momento donde los bipics musicales están a la orden del día, con Bohemian Rhapsody o Elvis) podría llevarle, ahora sí, a los Oscar.