Jude Law interpreta al terrible Enrique VIII, el rey inglés que se casó seis veces y no tuvo piedad con la mayoría de sus mujeres. Que creó una religión para poder divorciarse. Que vivió, comió, bebió. Una juerga de vida en la que no quedaba mucho espacio para la higiene y la salud personales.
“Leí varios testimonios interesantes que decían que a Enrique se le podía oler a tres habitaciones de distancia. Su pierna estaba tan podrida que intentaba esconder el olor con aceite de rosas”, confesó el actor Jude Law en la rueda de prensa de Firebrand, película a competición en la Sección Oficial del Festival de Cannes. “Pensé que tendría un gran impacto si yo olía fatal”.
Dirigida por el brasileño Karim Aïnouz, en su primer proyecto en inglés, y coprotagonizada por Law y Alicia Vikander en el papel de Catalina Parr, la última mujer del monarca, la que le sobrevivió, Firebrand se presentó en el Festival de Cannes 2023 entre aplausos en el pase de gala y críticas mixtas entre la prensa.
Los primeros afortunados que pudieron verla afirman que se trata de un filme de época explorado desde la perspectiva Me Too actual al que no le importa cambiar algunos aspectos históricos. Con un Jude Law inmenso, literalmente, gordo como Enrique VIII y ya sobreviviendo a sus últimos años de vida en los que esas úlceras en las piernas de su mala vida apestaban. Y al actor tal dato le parecía importante para dar realismo a su interpretación y a sus compañeros de rodaje.
El actor contó que buscó a una perfumista para que le creara ese olor espantoso. “Hace aromas maravillosos y también horribles”, explicó en la rueda de prensa. “Y, de alguna forma, se le ocurrió esta extraordinaria mezcla de sangre, materia fecal y sudor”. Una desagradable esencia que empezó salpicándose en su vestuario con cuidado y acabó echándose sin límite.
Comentan los presentes que a su lado, todos rieron recordando el espantoso hedor que repartía el actor por el rodaje, invadiéndolo todo: objetivo conseguido. “Cuando entraba en el set, era horrible”, compartió Aïnouz.
A pesar de los olores y de las actitudes desagradables que los personajes les exigían, los dos actores recordaban “muchas risas” durante el rodaje.
Chismes monárquicos
Los críticos nos dejaron saber que en la rueda de prensa también aprovecharon para preguntarle a Jude Law sobre sus simpatías monárquicas. Confesó no seguir las aventuras y desventuras de su familia real por “estar en contra del chisme” (siendo como ha sido una víctima habitual de los tabloides ingleses, se comprende). “Pero había algo extraordinario en mirar fotos de esta ceremonia medieval y cómo se ve hoy, me pareció moderno”, dijo, haciendo alusión a la coronación de Carlos III y Camila.