Las etiquetas de los alimentos están en la mira de los médicos y nutricionistas. Y el azúcar, un nutriente crítico que promueve la aparición de enfermedades como la diabetes y contribuye a que se extienda la epidemia mundial de obesidad, es uno de los productos que desde la comunidad médica reclaman que se regule su uso.
Según un análisis realizado por la Fundación Interamericana del Corazón Argentina (FIC), sobre sobre 301 envases de cereales, galletitas dulces y postres, reflejó que en el 70 por ciento (210) de estos productos, el azúcar resultó ser el ingrediente de mayor proporción de la lista de ingredientes.
Los productos fueron analizados previamente en otra investigación, realizada por FIC Argentina, FUNDEPS y la Universidad Católica de Santa Fe, que buscó conocer las técnicas de marketing utilizadas en los envases. En este sentido, se conoció que los mensajes de nutrición (“Fuente de vitaminas y minerales” o “50% de calcio diario recomendado”) y los personajes animados o famosos, son los recursos más utilizados por las empresas alimenticias.
Sin embargo, la normativa vigente que regula esta información en nuestro país no es efectiva para promover la elección de alimentos saludables, advierten desde FIC. Uno de los puntos más complejos que el estudio señala es que la legislación actual no obliga a las empresas a declarar el contenido de azúcar de cada producto ni establece topes máximos en su contenido.
“Actualmente los consumidores no saben la cantidad de azúcar que contiene un alimento y, en paralelo, reciben información engañosa y confusa que las empresas incorporan para que sus productos sean identificados como saludables aunque no lo sean. Es decir, tanto el derecho a la información como a una alimentación adecuada se ven vulnerados”, señaló Lorena Allemandi, directora del área de políticas de alimentación saludable de FIC Argentina. Y agregó: “Es necesario promover un sistema de advertencias nutricionales, como el implementado en Chile, que alerta a los consumidores sobre el contenido excesivo de nutrientes críticos y, a su vez, les garantiza su derecho a obtener información clara y veraz sobre lo que están consumiendo”.
En el caso de la azúcar, en concentraciones excesivas, promueve la aparición de enfermedades no transmisibles como la diabetes, la obesidad y enfermedades cardiovasculares.
Desde FIC explicaron, a través de un comunicado, que “la evidencia indica que el sistema de advertencias nutricionales es el más efectivo para generar decisiones informadas en los consumidores ya que, a diferencia de otros sistemas, no requiere una interpretación compleja de la información y permite identificar rápidamente cuáles son los productos menos saludables”. Este sistema incorpora un sello en el envase que muestra si hay exceso de contenido de azúcar, sodio y/o grasas saturadas y, de esta manera, contribuye a disminuir el consumo de los productos procesados con baja calidad nutricional.
“De una forma muy sencilla, este sistema permite que los consumidores identifiquen a los productos que presentan exceso en algún nutriente crítico y una de sus ventajas es que no requiere un conocimiento previo sobre información nutricional para su comprensión. Argentina debe avanzar con un sistema de advertencias nutricionales que esté focalizado especialmente en la población más vulnerable ya que son los más afectados por la obesidad y el sobrepeso”, destacó Allemandi.
La regulación del etiquetado es una de las líneas estratégicas de trabajo que establece el Plan de Acción para la Prevención de la Obesidad en la Niñez y la Adolescencia de la OPS, que busca detener el aumento acelerado de la epidemia de obesidad en América latina. En este sentido, Argentina presenta cifras preocupantes: el sobrepeso y la obesidad en adolescentes de 13 a 15 años aumentó del 24,5 por ciento al 28,6 por ciento del 2007 al 2012 según la última Encuesta Mundial de Salud Escolar. A su vez, el sobrepeso es 31 por ciento más frecuente entre los chicos de nivel socioeconómico más bajo, según un estudio realizado por FIC Argentina y UNICEF.