Ubicado en la calle Gorostiaga al 1900, en el barrio porteño de Palermo, el viejo edifico rodeado de verde, La Abadía acaba de renovarse. Hoy a las 18 horas presenta al público su puesta en valor de fachadas y paisajismo.
Poco antes de llegar a Belgrano y cerca de Colegiales, hay un centro de artes que acaba de concluir su proceso de renovación. Se trata de La Abadía que, gracias al apoyo de American Express a través de la ley de mecenazgo de la Ciudad, presenta su puesta en valor y parquización de su Claustro. Hoy, desde las 18 hs se recibirá al público para mostrar cómo ha quedado este emblemático lugar de Buenos Aires.
Cómo muchas de las edificaciones que aún están en pie en Buenos Aires, La Abadía fue erigida y ocupada por los primeros monjes benedictinos que llegaron a la Argentina desde España, y se instaló como uno de los espacios especialmente dedicados a la reflexión, filosofía y estudio de las arte latinoamericanas.
La puesta en valor de fachadas y paisajismo del Claustro es la primera etapa de esta remodelación fundamental en la historia de La Abadía. Sebastián Blanco, su director, aseguró que “el resultado refleja no solo la excelencia profesional en la materialización de la obra, sino también una profunda reflexión que requirió llegar al concepto de intervención más adecuado y prudente”, en diálogo con Infobae.
La preservación patrimonial se dio en total armonía con el lenguaje original del edificio. La arquitecta Silvia Fajre, directora de la obra de intervención, dijo que uno de los objetivos fue “garantizar la estanqueidad del envolvente para que los trabajos de conservación sean sostenibles en el tiempo”. Por otra parte, los jardines, quizás lo que más se destaca del lugar, estuvieron a cargo del estudio Thays.
Orriginalmente, el conjunto de La Abadía comenzó a construirse a partir del año 1924, como resultado de un proyecto delineado por el Presbítero Eleuterio González, uno de los primeros seis monjes que habitaron desde principios de siglo. La obra tomó muchos rasgos ideados por González, quien contaba con vastos conocimientos sobre arquitectura. La construcción de los distintos sectores se prolongó durante más de 6 décadas, factor que contribuyó a que se produzca la participaron de numerosos arquitectos y presbíteros en la definición de sus estilos.
En 1941 comienzan la construcción de la iglesia abacial, gracias a una donación realizada por la familia Blaquier, y el claustro con arcadas y capiteles románicos a imitación del claustro de Silos, pero se suspenden las obras en reiteradas ocasiones por la guerra y por falta de recursos. Los aportes altruistas de las familias de Buenos Aires, así como la donación del terreno por la familia Tornquist, en primer lugar, ayudaron a que el edificio creciera reflejando la arquitectura de cada época. El Monasterio siguió creciendo hasta llegar a ser considerado Abadía en octubre de 1950.
Con el crecimiento de la Ciudad, el sitio dejó de ser propicio para los hábitos y costumbres benedictinos. Y en consecuencia se mudaron extramuros a la localidad de Jáuregui. El edificio sobre la calle Villanueva fue concedido al Euskal Echea y la construcción de adelante, entre Gorostiaga y Luis María Campo, fue usada como residencia para estudiantes.
El estilo del edificio es considerado ecléctico y resulta un gran ejemplo de historicismo tardío. Fundamentalmente, en su conjunto posee un estilo neo medieval con referencia de los estilos románico y gótico tardíos. En el edificio se destaca un gran manejo de los llenos y vacíos, así como la riqueza de proporciones, donde los espacios de gran verticalidad marcan la caja. Las arcadas y cielorrasos con arcos de medio punto son parte de esa personalidad. En cuanto al parque que abraza la Abadía se destacan sus galerías monacales (que reivindican el espíritu católico) y el patio central (el cual convoca a situaciones intimistas que responden a la forma de vida benedictina).
Conciertos al aire libre, exposiciones itinerantes, visitas del Museo de Sitio, contemplación y cafetería. Todo puede disfrutarse de martes a domingo de 12 a 20 horas horas. Centro de Arte, Centro de Estudios y Centro de Crecimiento y Formación Humana son los tres programas de La Abadía. Desde este miércoles, se podrá apreciar de una mejor manera, restaurada y puesta en valor.
Gorostiaga 1908 – CABA
Visitas: de martes a domingo de 12 a 20 horas horas
Museo de Sitio: visita guiada los primeros sábados del mes a las 17 horas con entrada libre y gratuita