Denuncias de escraches y fascismo

Después del escrache que sufrió esta Semana Santa el presidente Mauricio Macri en Tandil, cuando salía de una Iglesia junto a su hija Antonia, y a partir de hechos anteriores sufridos por él y por la gobernadora María Eugenia Vidal, en el Gobierno señalaron que no son episodios aislados ni casuales, y comenzaron a hablar de “un plan sistemático de escraches” a sus máximos referentes.

Tras el último escrache al presidente Mauricio Macri en Tandil, cuando salía de una Iglesia junto a su hija Antonia, y hechos anteriores sufridos por la gobernadora María Eugenia Vidal, en el Gobierno señalaron que no son episodios aislados ni casuales.

“Ellos buscan que te aísles, es una tensión que hay que resolver de la forma más inteligente posible, porque no son episodios aislados, hay un plan sistemático, como lo hicieron con lo que le pasó a la gobernadora María Eugenia Vidal, que fueron a la noche a la casa en la que vive con sus hijos”, señaló Hernán Lombardi, el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, en declaraciones al canal América.

“Los que escrachan son fascistas. Ahora no se está viviendo tiempo de restricción de libertad, por eso digo que los que escrachan son fascistas. Pero el objetivo último que tienen es aislar al gobierno de la gente y meter miedo”, siguió Lombardi.

También la vicepresidenta Gabriela Michetti habló en el mismo Canal de TV de la importancia de no aislarse y seguir en contacto con la gente, a pesar de estos episodios.

“Yo siempre tiendo a pensar que es mejor atravesar por esa situación (los escraches), pero siempre dar ejemplo de que uno es una persona normal que está trabajando de esto y no llenarse de seguridad”, señaló.

“Necesitamos que la gente sienta que somos personas comunes y corrientes, no podés distanciarte de la gente”, agregó la funcionaria.

Michetti dijo que esas situaciones le dan “una enorme pena”, remarcó que siempre “son poca gente” y consideró que “no hay que darles tanto lugar” a esos episodios.

Además, consultada sobre si la ex presidenta Cristina Kirchner promovió actos que busquen alterar el orden democrático, dijo que lo que tiene en claro es que “no se banca estar fuera del poder, y hay algo de ojalá les vaya mal. Yo no la veo comprometida con la gente que vive en la Argentina, sino preocupada por su lugar, por su cumbre, por su monumento”, expresó Michetti.

En la misma línea se manifestó el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, que se mostró preocupado por algunos términos que utiliza el kirchnerismo duro, por ejemplo el de una inminente “guerra civil”, porque, para el funcionario, “la violencia empieza por las palabras”.

“Hay sectores que fantasean con una ruptura institucional. Es una idea que puede anidar en algunos sectores de la Argentina. Hay kirchneristas que lo quieren y no lo ocultan, que hablan de guerra civil, pero creo que es una idea trastornada propia de gente que ve una realidad distinta de la que ve la mayoría de la gente”, señaló.

Avelluto cuestionó que se utilicen “palabras de ese nivel de violencia” y también apuntó al ex juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, que habló de la posibilidad de que se produzca “un muerto” en manifestaciones contra el Gobierno. “Zaffaroni habla de un nivel de irresponsabilidad que llama a reflexionar”, afirmó.

(Télam)