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El bajista y compositor de jazz Martín Lozano acaba de editar “Negro”, un material discográfico sin soporte material, que fue grabado con 18 cámaras simultáneas y se convirtió en el primer disco de realidad virtual de la Argentina y Latinoamérica

El bajista y compositor de jazz Martín Lozano acaba de editar y presenta este domingo en el Centro Cultural San Martín y posteriormente en el Festival de Jazz de Bahía Blanca, “Negro”, un material discográfico sin soporte material, que fue grabado con 18 cámaras simultáneas y se convirtió en el primer disco de realidad virtual de la Argentina y Latinoamérica.

El material, de un groove potente y finas líneas melódicas que, como lo indica el título, rinde tributo al jazz, el funk y la tímbrica afroamericana, se puede ver y escuchar en las plataformas digitales de Youtube o Vrtify en una experiencia inédita de visionado en 360, o solo como música en Spotify.

“Buscamos crear una experiencia nueva, que el público escuche de una manera distinta, a través de una experiencia diferenciada de inmersión, que la música trascienda y pueda llegar a distintos lugares, vinculándonos con las nuevas tecnologías y con distintas artes”, cuenta Lozano en diálogo con Télam.

“Negro” fue grabado a lo largo de un día con 18 cámaras simultáneas en los estudios Moebius por la productora Number9 de Daniel Drexler y en el disco interactúan los ocho músicos de la banda con distintos artistas como dos bailarinas de tap (Micaela Pierani Méndez y Luciana Castro Sampayo del grupo Chakatá), que componen un número exquisito en “Una que sepamos todos”, la actriz Mela Lenoir y el bandoneonista Carlos Libedinsky, entre otros.

El disco se podrá escuchar y ver en situaciones inmersivas de realidad virtual este domingo 12 de noviembre en “VR Nights” en el Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551) con entrada libre y gratuita, y también el 17,18 y 19 de este mes en el Festival de Jazz de Bahía Blanca, en una sala especialmente acondicionada con cascos o cardboards.

“En Bahía Blanca vamos a tener seis cascos disponibles y sillas giratorias en un lugar especial antes del ingreso a la sala para que la gente se sienta y tengan acceso a la experiencia inmersiva de la grabación del disco en vivo”, cuenta Lozano en charla con Télam.

“Negro”, que Lozano toca con un octeto con fuertes sonidos de caños, integrado por Tomás Babjaczuk (batería), Fernando Falcón (guitarra), Facundo Maddio (trompeta), Ezequías Aquino (saxo alto), Javier Zacharías (saxo tenor), Larry (sintetizadores) y Joaquín Sellán (piano), es su segundo disco, luego de “Olasi” (2013), en el que propuso shows en los
cuales la audiencia seguía el concierto a través de auriculares, en una experiencia replicada después en muchas situaciones y lugares del mundo.

“Ya desde Olasi buscábamos generar una experiencia nueva, hicimos unos shows por auriculares buscando que el público pudiera escuchar de una manera distinta, generando una experiencia diferenciada y acá además de la inmersión en la realidad virtual nos propusimos vincularnos con gente de otras artes, que interactúan con la banda en distintos temas” como la actriz de comedia musical Mela Lenoir, la bailarina Florencia Anca, Mariano
Caligaris y Soledad Galarce, el bailarín de break dance Mario Risso o las artistas plásticas Inés Ayerza y Catalina Negrete Reid.

“En parte también -agrega Lozano- la idea fue acercar nuevos públicos al jazz, que a veces da la idea equivocada de ser una música para pocos y con estas experiencias buscamos que la música trascienda el lugar en que a veces queda encasillada”.

Los que tienen cascos o cardboards pueden vivir la experiencia inmersiva a un ciento por ciento pero el disco se puede ver y escuchar también con la computadora o el celular manejando la pantalla en 360 grados y pasando por los distintos espacios en donde se está grabando y está siendo tocado a través de las plataformas youtube y vrtify .

“Grabamos el disco -cuenta Lozano- con una tecnología estereoscópica, lo cual integra la tridimensionalidad y de algún modo fuimos pioneros en el sentido de que grabamos esto sin referencias previas”.

“Para el que lo escucha es como un viaje, te vas a otro lado, es una inmersión en otro mundo, el mundo de la música, no hay celulares ni distracciones, es la abstracción absoluta y el compromiso con lo que estás viendo y escuchando, eso está muy bueno”, asegura Lozano.

En ese sentido agrega: “es una línea de experiencia distinta, años atrás cuando salía un disco era como una ceremonia propia en relación con eso: lo conseguías, te sentabas y te preparabas para escucharlo; hoy, con el ‘multitasking’, eso es imposible, de alguna manera esta idea de inmersión te obliga a volver a esas ceremonias, no te deja opción, estás ahí adentro o no estás”.

 

(Fuente: Télam)