El filme documental “La fraternidad del desierto” del realizador Iair Kon, que relata el compromiso social y político y la experiencia de la congregación católica Los Hermanitos del Evangelio, conocidos también como los “curas obreros”, en la Argentina entre los ‘60 y los ‘70, se estrenó hoy en el cine Gaumont.
Con cerca de 10 religiosos desaparecidos y decenas de torturados y secuestrados durante la última dictadura militar, entre laicos y católicos, el último de ellos Mauricio Silva, conocido como “el cura barrendero” y que fue desaparecido el 14 de junio de 1977 en la esquina de Terrero y Magariño Cervantes de La Paternal, el filme rescata “la posición política y la coherencia entre la visión espiritual de su lectura del evangelio y su acción política”, destacó Kon en charla con Télam.
El filme nació en 2010 entrevistando a Patricio Rice, un cura irlandés de la hermandad, secuestrado y torturado durante la dictadura, que fue uno de los primeros en denunciar las violaciones a los derechos humanos en el país y que regresó a la Argentina con la vuelta de la democracia, dejó los hábitos y se casó, pero que falleció en el aeropuerto de Miami imprevistamente, cuando oficiaba de representante de la Convención Internacional contra la Tortura.
“Cuando falleció -cuenta Kon- descubrimos el libro ‘En medio de la tempestad’, que él había compilado y donde figura la historia de persecución de la fraternidad de los Hermanitos de Foucauld (otra manera de llamar a los Hermanitos del Evangelio) y nos interesó continuar el trabajo en relación con este grupo, atraídos por su posición política y la coherencia entre la visión espiritual de su lectura del Evangelio y su acción política”.
Para el realizador, docente en maestrías de periodismo documental y de escritura creativa en la Universidad Tres de Febrero, la UBA y la Umet, “la película reivindica a través de la visión de ellos, la pertenencia de la política como elemento de transformación de las condiciones de existencia de las personas”.
Inspirados en la figura de Charles de Foucauld, esta congregación que tuvo vida activa en la Argentina hasta la última dictadura militar y que en la actualidad se mantiene en el país como una asociación de laicos sin religiosos, proponía la creación de pequeñas comunidades que compartieran su vida con los pobres.
Así, procuraban volver a los orígenes del cristianismo, siguiendo la máxima de que el mayor testimonio es la vida de uno, y que obligaba a sus miembros a tener trabajos manuales para el sostén de sus vidas, preferentemente entre los sectores más relegados de la sociedad.
El filme recoge diversos testimonios para reconstruir esta historia, entre ellos los de Arturo Paoli, uno de los principales teólogos de la congregación, que fundó en Argentina una comunidad en Fortín Olmos (Chaco) y otra en el desierto de Suriyaco (La Rioja); la de Rice, Mario Grippo, un sacedote que vivió en Argentina y desde hace 20 años dirige una cooperativa agrícola en Venezuela, y la del laico Julio Saquero, en la actualidad el laico a cargo de la congregación en el país.
“Hay visiones encontradas en la misma Iglesia, por un lado aquellos que piensan que la religión es leer el Evangelio y ellos para quienes el Evangelio es algo político, que demanda una acción”, destaca Kon.
“Ellos -agrega- son muy consecuentes con su posición, no se vestían como sacerdotes, vivían como y entre los pobres, eran obreros, a partir de ahí ese compromiso se transformó para algunos en compromiso sindical para otros en compromiso político y algunos pocos de ellos se involucraron en los 70 en la lucha armada, siempre como un modo de ser consecuentes con su lectura del Evangelio”.
Kon, destaca la altura intelectural de Arturo Paoli, que mientras estuvo en el país fue el responsable de la congregación y que con su trabajo “Diálogo de liberación” de 1969, sentó las bases de la Teología de la Liberación de los curas del Tercer Mundo.
“Nosotros filmamos a Paoli en septiembre de 2012 un mes antes de que cumpliera 100 años (falleció en 2015 en Lucca, Italia) como parte de la investigación que estábamos realizando; él en la Segunda Guerra Mundial fue parte de la Resistencia Italiana y recibió la orden del Estado Israelí Justo Entre las Naciones por la cantidad de vidas de judíos que salvó durante la guerra”.
El realizador cuenta que en 1974 las tres personas sindicadas y marcadas por la Triple A de la religión católica eran el cura Carlos Mugica, el obispo de La Rioja Enrique Angelelli (ambos asesinados) y Paoli, que dejó el país en ese año, vivió después en comunidades de Brasil y Venezuela y se volvió luego a Italia”.
El filme refleja también las tensiones internas que se vivieron en la década del 70 en el interior de la congregación, donde algunos religiosos defendían la militancia política y hasta el ingreso en organizaciones armadas y otros criticaban esta postura y sostenían la necesidad de continuar con el testimonio evangélico sin involucrarse en ese tipo de proyectos, aunque unos nunca desafectaron ni se desentendieron de los otros.
“Para mí una de las cosas más importantes de los Hermanitos y que me llevó a hacer la película, es la reivindicación de la política como elemento de transformación social y la concepción del cristiano como alguien que quiere transformar el mundo”, destacó Kon.
“Una de las cosas notables de todos los ‘hermanitos’ -concluyó- es que todos ellos continuaron teniendo un compromiso muy fuerte con la cuestión política y social después de su experiencia argentina, por otro lado es una congregación que siempre estuvo un poco en los márgenes de la Iglesia Católica, nunca tuvieron un peso preponderante”.
TRAILER
(Télam)