El Ministerio de Defensa contará en 2018 con una suba presupuestaria del 14 por ciento respecto de este año, con la meta de reequipar y modernizar las Fuerzas Armadas, para lo cual se dieron varios pasos concretos, como la reciente compra de aviones a Francia y la autorización de préstamos para responder a demandas específicas.
Los datos cobran valor frente a la situación del submarino ARA “San Juan”, que lleva a revisar el contexto en el que se produjo y las metas que en materia de Defensa se ha fijado el gobierno nacional.
Un día antes de asumir, en julio, el ministro de Defensa, Oscar Aguad, señaló en un reportaje al diario La Voz del Interior que las Fuerzas Armadas vienen de un período largo de desinversión, en alusión al anterior gobierno, y apostó a revertir la situación. “Estamos dotándolas de recursos económicos para que puedan brindar el servicio de defensa que la Nación requiere”, dijo el ministro.
Este año se dieron pasos concretos para el reequipamiento del área de Defensa. El presidente Mauricio Macri autorizó préstamos por casi U$S 900 millones -por decreto del 31 de julio último- para la adquisición de patrulleros oceánicos y de aeronaves Beechcraft, entre otros.
Este mes la Armada adquirió cinco aviones de combate Super Etendard de Francia, que aún no llegaron a la Argentina, a un costo cercano a los 12,5 millones de euros.En septiembre llegaron las primeras cuatro aeronaves Beechcraft TC6 Texan II de las 12 adquiridas a Estados Unidos, que estarán destinados al entrenamiento de pilotos y al control de la frontera norte.
Otro paso emblemático fue la reconstrucción del rompehielos “Almirante Irízar” en los Talleres Navales Dársena Norte (Tandanor), uno de los mayores centros de reparación naval del mundo, que es una sociedad anónima con mayoría estatal y participación obrera.
El Irízar había sido afectado por un incendio, el 10 de abril de 2007, que dejó fuera de servicio cerca del 80 por ciento del barco. Luego de la reparación, el “Irízar” volvió a la Antártida con nuevas capacidades científicas y logísticas y una cubierta ampliada de vuelo para facilitar el enlace de todas las bases antárticas argentinas. La obra de recuperación comenzó en septiembre de 2009, y demandó 1.200.000 horas/hombre a los 400 trabajadores asignados al proyecto.
Además, Tandanor avanzó en proyectos para la construcción de buques que se adaptan en su diseño a las características del Mar Argentino y a las necesidades particulares de la Armada.
Por otra parte, la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) planificó la entrega de las primeras tres unidades del entrenador avanzado Pampa III y la construcción del primer entrenador elemental IA-74 para la Fuerza Aérea Argentina.
En ese fábrica, además, se modernizaron dos aviones de transporte Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina que se incorporó a la Campaña Antártica de Verano.
Defensa puso este año la mira en los aviones de entrenamiento avanzado que pueden hacer control de fronteras, en aviones de transporte medio que puedan cubrir necesidades específicas de las tres armas, cuatro buques de patrulla oceánica y un buque polar.
(Con Información de Telam)