En conferencia de prensa, el jefe de Gabinete Marcos Peña resaltó que el presidente dialogó con los gobernadores y que el Gobierno busca salir de décadas de frustración y fracaso. “En ese contexto una de las iniciativas es una reforma previsional para que se ajuste por inflación para que haya previsibilidad para los jubilados”, comenzó Peña.
El ministro basó su discurso en el apoyo popular obtenido en la última elección legislativa y criticó la estrategia de la oposición de no dar lugar al debate en la cámara baja.
El jefe de Gabinete habló de “una acción deliberada de violencia y bloqueo en una institución como es la Cámara de Diputados”. Peña dijo que integrantes de la oposición se convirtieron en “piqueteros de la actividad parlamentaria”.
El ministro coordinador sostuvo que hubo quórum y agregó: “No quisieron debatir. Optaron por la violencia antes que por la paz, el diálogo y la democracia. Cambiemos no va a seguir ese camino”.
Peña dijo que las ideas de Cambiemos reflejan la de la mayoría de los argentinos. Y pidió “dignidad” para “sentarse a debatir”. “No es a través de la violencia y la mentira que van a obtener una mejor situación para los argentinos. Los que representan a la minoría tienen que actuar con decencia, respetando su investidura, y tener la dignidad de sentarse y debatir, pero no a través de la violencia y la mentira”, indicó.
Peña dijo que no se modificará al proyecto de reforma previsional. “Estamos convencidos que el proyecto es bueno”, resaltó. Pero ante la pregunta sobre si el Gobierno buscará que la iniciativa se debata la próxima semana, el jefe de Gabinete no dio precisiones.
Acerca de la violencia vivida en las calles, el jefe de Gabinete dijo que hubo intención por parte de algunos diputados para que se generen incidentes. “Si ellos dieron ese ejemplo, ¿qué hubiera quedado para los encapuchados? Hay mucha hipocresía”, dijo el funcionario.
“La paz social está absolutamente garantizada”, respondió Peña, ante una consulta por la proximidad de los aniversarios de las revueltas del 19 y 20 de diciembre de 2001.
En el aire quedó flotando que el Gobierno deberá hacer una nueva ronda de consultas con los gobernadores e intentar aprobar la reforma previsional.