El presidente ruso, Vladimir Putin, recibió hoy luz verde para participar en las elecciones presidenciales de marzo de 2018 en medio de un nuevo cortocircuito con Estados Unidos por la injerencia externa en los comicios.
En sólo 24 horas, la Comisión Electoral Central verificó los documentos presentados ayer por Putin, que ahora deberá conseguir 300.000 firmas para formalizar su candidatura como candidato independiente. Al anunciar sus planes, el jefe del Kremlin convocó a los partidos que comparten sus ideas a apoyarlo, tal como ya lo hicieron en las últimas dos semanas el partido oficialista con el que se presentó en 2008, Rusia Unida, los socialdemócratas de Rusia Justa y los Verdes.
La luz verde a Putin, que acude a unas presidenciales por cuarta vez (2000, 2004 y 2012), llegó un día después de que la CEC rechazara la candidatura del activista y opositor Alexey Navalny por tener antecedentes penales. El opositor culpó directamente a Putin por su inhabilitación y convocó para el 28 de enero una jornada de protesta en favor de una “huelga de votantes” en las presidenciales.
El líder opositor y bloguero fue detenido varias veces y condenado en dos ocasiones por fraude y malversación de fondos, en casos considerados como represalia por sus actividades políticas y que la CEC usó como justificación para vetar su candidatura. Navalny afirma que tras la baja participación en las últimas elecciones legislativas, que fue del 47,7 por ciento, el Kremlin intentará falsificar los números para legitimar los resultados.
En medio del alboroto doméstico, Rusia instó a Estados Unidos a mantenerse al margen de sus asuntos internos, luego de que Washington criticara el veto a Navalny. “Esa declaración del departamento de Estado (norteamericano) es una injerencia directa en el proceso electoral y en los asuntos internos de un Estado extranjero”, aseveró la vocera del ministerio de Relaciones Exteriores, María Zajarova.
Los dichos de Zajarova llegan en medio de la investigación que se está llevando a cabo en Estados Unidos sobre la presunta intervención de Rusia en el proceso electoral norteamericano de 2016, para beneficiar a Trump.
El FBI, un fiscal especial y varias comisiones del Congreso investigan si miembros del equipo de campaña de Trump y funcionarios rusos se coordinaron para perjudicar a la entonces candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton.
A lo largo de la investigación, algunos de los protagonistas de la llamada trama rusa reconocieron haber mantenido contactos con funcionarios rusos o personas cercanas al Kremlin, entre ellos, Donald Trump Jr., el yerno del presidente, Jared Kushner, y el primer caído en desgracia del gobierno republicano, el ex asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn.