En 2015, la estrella Tabby revolucionó a la comunidad astronómica internacional. Ubicada a mil años luz de la Tierra, y con un tamaño 50 por ciento más grande que el Sol, fue la protagonista de todo tipos de especulaciones a su alrededor.
¿Qué pasó hace dos años? Las observaciones daban cuenta de un fenómeno extraño: su brillo, por momentos, descendía abruptamente y luego volvía a la normalidad, como si algo estuviera interponiéndose entre la estrella y los astrónomos.
Las hipótesis acerca del origen de esta variación en el brillo de KIC 8462852, más conocida como Tabby, se multiplicaron con rapidez: una nube de polvo, un cometa, o incluso una megaestructura alienígena fueron algunas de las teorías que surgieron para tratar de explicar el misterio.
La expectativa que despertó la estrella, ubicada en la constelación del Cisne, fue tan grande que 1.700 personas aportaron su dinero en una campaña de crowdfunding para que los astrónomos pudieran estudiar en profundidad el origen de uno de los últimos enigmas del espacio. En total, recaudaron más de cien mil dólares, suficientes para utilizar la red global de telescopios del Observatorio Las Cumbres (LCO).
Ahora, la investigadora Tabetha Boyajian de la Universidad Estatal de Luisiana (EE.UU.), que encabeza a su vez un equipo de más de cien científicos, parece haber dado en el clavo: “El polvo es probablemente la razón por la cual la luz de la estrella parece atenuarse y aclararse. Los nuevos datos muestran que los distintos colores de la luz están siendo bloqueados en rangos o intensidades diferentes. Por tanto, sea lo que sea lo que pase entre nosotros y la estrella, no es opaco, como se esperaría si fuera un planeta o una megaestructura alienígena lo que se interpusiera en medio”.
A través de técnicas de espectrometría, los científicos llegaron a la conclusión de que finas partículas de polvo son las que causan que el brillo baje y suba periódicamente. Las nuevas observaciones tuvieron lugar entre mayo y diciembre de 2017 y sus resultados se publicaron en la revista The Astrophysical Journal Letters. Los astrónomos identificaron cuatro disminuciones de brillo, a las que llamaron “Elsie”, “Celeste,” “Skara Brae,” y “Angkor”. “Nuestros datos son inconsistentes con los modelos de inmersión que invocan material ópticamente grueso”, señalaron los especialistas, para dar por terminadas las especulaciones acerca de una súper estructura alienígena, tal vez la alternativa que muchos estaban esperanzados en que se confirme.
Sin embargo, aún hay preguntas acerca del brillo de Tabby: ¿cómo llegó allí ese polvo y qué está haciendo allí? ¿Podría ser el primer paso para la formación de un planeta? ¿O acaso las variaciones de la luz que llegan hasta la Tierra ocurren la estrella misma y no son causadas por el polvo? Los astrónomos, está visto, aún tendrán bastante trabajo por delante.