La biblioteca total

El artista argentino Joaquín Fargas presentará el próximo 12 de marzo en la Biblioteca de Alejandría, Egipto, la instalación “El libro absoluto”, en homenaje a Jorge Luis Borges y los libros en los que se toca la temática del tiempo

El artista argentino Joaquín Fargas, reconocido por sus obras que combinan arte y ciencia, presentará el próximo 12 de marzo en la Biblioteca de Alejandría, Egipto, la instalación “El libro absoluto”, en homenaje a Jorge Luis Borges y basada en los cuentos del escritor “La Biblioteca de Babel” y “El Libro de Arena”.

Los relatos fantásticos de Borges, que abordan los conceptos de finitud e infinitud, sirvieron de inspiración para esta pieza que juega con la idea de una utopía: un dispositivo que pueda contener todo el conocimiento del mundo en un solo volumen.

Una réplica de esta misma pieza de arte se presentará en simultáneo en Buenos Aires, en la Biblioteca Nacional, y se presentará al público en un evento en el cual participará Fargas a través de una video-conferencia desde Egipto.

 

 

¿Es posible encontrar en el universo un libro contenedor de todo el conocimiento? Este fue el interrogante que sirvió de inspiración para delinear este dispositivo conformado por nueve prismas hexagonales que constituyen dos pirámides unidas por la base, que el artista creó y desarrolló con la colaboración de la Universidad Maimónides, institución en la que es titular de la cátedra de Arte y Tecnología y director del Laboratorio de Bioarte.

La pieza, de forma octogonal, se ubica sobre un pedestal y cuando se retira de su base aparece su imagen en un monitor contiguo. Cada lado de los hexágonos representa una disciplina y rota sobre un eje.

Al girarlos, se elige una serie de combinaciones que disparan una búsqueda por Internet -a través de un motor de búsqueda y un programa integrador- y generan una página relacionada con las temáticas seleccionadas cuya composición es el resultado de 1 en 100.000 millones de combinaciones. El resultado de esta búsqueda se visualiza en una pantalla por unos segundos, siendo altamente improbable que se vuelva a repetir en el futuro.

“La gestación de esta pieza tiene que ver con que siempre me sorprendió el infinito, por un lado, y por contraposición la necesidad humana de saciar su curiosidad y de buscar respuestas a sus interrogantes, así como también de dar un limite a las cosas, de contener todo, de la necesidad de nuestro nivel de conciencia de que todo tenga un principio y un fin”, explicó a Telam Fargas, de cara a la inauguración de esta obra.

Este artista e ingeniero nacido en 1950 se prepara así para exhibir este particular homenaje a Borges en la Antigua Biblioteca de Alejandría, fundada por Ptolomeo I y considerada en su época la más grande del mundo, y que fuera el centro cultural en torno al cual giraba toda la vida intelectual del helenismo.

“El concepto del libro absoluto, un volumen contenedor de todo el ‘conocimiento’ me permite fantasear con concatenar la información en un solo elemento, y a la vez Borges me inspira con sus cuentos fantásticos al desdibujar los límites entre la realidad y la ficción”, detalló Fargas, quien participó en el 2017 en la Bienal Antártica, un buque en travesía por los mares del continente más austral, con proyectos de artistas de todo el globo.

El relato de Borges “La Biblioteca de Babel” especula con una biblioteca que parece infinita a la vista de un ser humano común, pero que está compuesta por todos los libros posibles, ejemplares que están arbitrariamente ordenados.

Esa biblioteca, que el autor llama el Universo, está compuesto por un número indefinido y tal vez infinito de galerías hexagonales. Además, como todos los hombres de la Biblioteca, ha peregrinado en busca de un libro, acaso del catálogo de catálogos. No había problema personal o mundial cuya solución no existiera en alguno de esos hexágonos.

En la pieza de Fargas, al girar los prismas de la pieza uno se vuelve ese bibliotecario de la Biblioteca de Babel que recorre los hexágonos buscando ese libro total, el Libro Absoluto.

El resultado de la búsqueda concluye en la generación de una página que resulta ser efímera. La información desaparece al cabo de unos segundos y no se puede volver a acceder a ella, tal como en el relato “El libro de arena”, cuyas páginas luego de ser consultadas se desvanecen.

En “El libro de arena” Borges aborda la temática de la infinitud en el tiempo y en el espacio: la imposibilidad de poder retornar a la página leída y la infinidad de páginas contenidas, hacen del libro una verdadera pesadilla. Razón por la que el protagonista termina deshaciéndose del mismo, escondiéndolo furtivamente en los anaqueles de la Biblioteca Nacional, de la cual el autor había sido director.

Un fragmento del cuento reza así: “Me dijo que su libro se llamaba el Libro de Arena porque ni el libro ni la arena tienen principio ni fin. Me pidió que buscara la primera hoja. Apoyó la mano izquierda sobre la portada y abrí con el dedo pulgar casi pegado al índice. Todo fue inútil: siempre se interponían varias hojas entre la portada y la mano. Era como si brotaran del libro”.

Desde 1990, Joaquin Fargas se dedica a investigar nuevas tecnologías para el arte. Es responsable de obras ligadas a propuestas posibles o utópicas en relación a la vida, su preservación y la interrelación de los seres. Ha exhibido en museos, galerías y bienales de todo el mundo.

“El libro absoluto” estará exhibido por un año en la Biblioteca de Alejandría, Egipto.

 

 

(Télam)