Tres premios Nobel de la Paz denunciaron hoy el silencio de la comunidad internacional ante el “genocidio” contra los musulmanes rohingyas en Myanmar, tras la represión iniciada hace seis meses por el ejército birmano contra esa minoría religiosa que provocó el desplazamiento de casi 700.000 refugiados a Bangladesh.
“La comunidad internacional ha desaparecido, lo que es una vergüenza para todos nosotros y es una vergüenza para la comunidad internacional, que guarda silencio cuando tienen delante este genocidio”, aseguró a la prensa en Daca, la capital bangladesí, la yemení Tawakkol Karman, que fundó el grupo “Mujeres periodistas sin cadenas”, que le valió en 2011 el Nobel de la Paz.
Karman, junto a Shirin Ebadi y Mairead Maguire, miembros del grupo de presión Iniciativa de Mujeres Nobel, comenzaron ayer una visita a los campamentos de refugiados en el sureste de Bangladesh, adonde han llegado alrededor de 688 mil rohingyás en los últimos seis meses huyendo de la violencia que estalló contra esta minoría en Myanmar.
La activista norirlandesa Maguire afirmó que escucharon testimonios de mujeres que habían sido violadas y sus familiares asesinados y culpó al Ejército y al Gobierno birmanos de un “intento orquestado para expulsar de Myanmar y de la historia a los rohingyas”. “Demandamos a la comunidad internacional, las Naciones Unidas y a todos los organismos abordar este asunto ahora”, remarcó Maguire, que en 1976 recibió el destacado galardón por sus esfuerzos para acabar con la violencia en Irlanda del Norte.
Las tres Nobel de la Paz pidieron que los culpables del “genocidio” sean llevados ante la Corte Penal Internacional y condenados por sus crímenes. “Como miembros de la comunidad internacional tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para llevarlos a la corte internacional”, sentenció la abogada iraní Ebadi, que en 2003 se convirtió en la primera mujer musulmana en ganar el premio Nobel de la Paz, reportó la agencia de noticias EFE.
El reclamo adquiere un voltaje adicional debido a que el gobierno birmano está liderado de facto por la también Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, galardonada en 1991 por sus aportes a la democratización de Myanmar pero abiertamente cuestionada por adoptar una postura demasiado pasiva respecto de la crisis rohingya.
El éxodo rohingya se originó el 25 de agosto último, tras un ataque de un grupo insurgente que fue respondido con una campaña militar en la provincia de Rakhine, donde se calcula que había alrededor de un millón de miembros de esta minoría no reconocida por las autoridades birmanas.
La ONU y organizaciones defensoras de los derechos humanos denunciaron que existen pruebas claras sobre los abusos y el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU calificó a la campaña militar birmana de “limpieza étnica” y afirmó que hay indicios de “genocidio”.
(Télam)