A dos días de la conmemoración del 24 de Marzo en nuestro país, fecha histórica y relevante por su significado político, económico y social, se estrena en el Gaumont el documental del chileno Álvaro de la Barra “Venían a buscarme”, la reconstrucción sobre el asesinato de sus padres militantes, a la vuelta del jardín de infantes al que concurría.
La historia latinoamericana está teñida por procesos dictatoriales en numerosos países en los que si bien hubo particularidades y discontinuidades, también hubo similitudes y profundas heridas que aún dejan huella en el tejido social.
La historia de de Álvaro no es muy diferente a la de muchos argentinos y argentinas que han atravesado la dictadura militar nacional en parecidos contextos e iguales finales: el joven encuentro con la muerte, en manos de las fuerzas armadas.
A sus 32 años, comparte con su familia el certificado con que el estado chileno lo reconoce como hijo legítimo de sus padres, Alejandro de la Barra y Ana María Puga, militantes del MIR asesinados en 1974, en la puerta de su jardín de infantes en una emboscada, por las fuerzas militares que respaldaban la dictadura de Augusto Pinochet.
“Crecí con tan solo la foto de mi padre, Alejandro”, cuenta de la Barra en el documental, registro que pudo completar cuando, en su adolescencia, recibió la foto de su madre, Ana María, de la que no tenía recuerdo alguno.
El recorrido para llegar hasta ese emocionante momento dibuja el cuerpo de esta película despojada de afectación, temeraria y vibrante. Una odisea de exilios, idas y venidas. Un relato en primera persona rico en archivos, tabúes y ausencias, donde cada paso hacia el pasado no solo redescubre una identidad perdida, sino que nos acerca a todos al epicentro de un gran sismo.
Producida por Ávila Films, una productora cinematográfica fundada en Chile en 2010 dedicada a la producción y coproducción de cine independiente, “Venían a buscarme” recibió el premio a la mejor película del año en la Competencia de Largometrajes del 10º Festival de Cine Chileno (FECICH 2018), certamen en el que también recibió el premio al Mejor Montaje, trabajo realizado por Sebastián Sepúlveda y Martín Sappia.
El film llega a Buenos Aires antes de su lanzamiento en Chile, gracias a Cine Insurgente y con apoyo de DOCA Documentalistas de la Argentina.