Argentina sigue “con especial atención” el caso del espía ruso envenenado

La Cancillería reclamó la “clarificación” del incidente y “la erradicación completa” de las armas químicas.

El envenenamiento del ex espía ruso Serguei Skripal y de su hija en el Reino Unido, que desencadenó la crisis diplomática más grave tras la Guerra Fría entre Rusia y las potencias occidentales, sigue generando reacciones. Hoy se pronunció el gobierno nacional, que condenó el uso de armas químicas y reclamó la “clarificación de este incidente”.

“El gobierno argentino sigue con especial atención la investigación que están llevando a cabo las autoridades del Reino Unido, apoyadas por expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), a los fines de poder esclarecer el uso de un agente químico en la localidad de Salisbury el día 4 de marzo de 2018 que afectó gravemente a dos ciudadanos rusos allí residentes, así como también a parte de la población de esa localidad inglesa”, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, a través de un comunicado.

Asimismo, la Cancillería repudió “el uso de un agente químico y las consecuencias aparejadas” y señaló que el ataque “constituye una grave contravención de la Convención sobre las Armas Químicas y del Derecho Internacional”.

En este sentido, el comunicado indicó que se deben poner en funcionamiento todos los mecanismos de la OPAQ y de la Convención sobre las Armas Químicas “para lograr una correcta y ponderada investigación y clarificación de este incidente, y de los responsables del mismo.”

Además, el gobierno nacional expresó su postura a favor de “la erradicación completa” de las armas químicas “en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia”.

Skripal y su hija aparecieron envenenados en un centro comercial de Salisbury. Tras los análisis, las autoridades británicas informaron que ambos habían sido víctimas del veneno conocido como Novichok, de origen ruso. Desde entonces, todas las miradas apuntaron al Kremlin, que se desligó del ataque. Sin embargo, distintos países de Occidente expulsaron a cientos de diplomáticos rusos a instancias de Londres, que culpó a Vladimir Putin, presidente de Rusia, por el envenenamiento.