El escritor y periodista Juan Forn inauguró ayer la 7° edición del Festival de Literatura Filba Nacional en la localidad cordobesa de La Cumbre, con un discurso en el que retomó la vida y obra de los grandes escritores del siglo XX -desde Brodsky hasta Kawabata, pasando por Borges y Briante- y la historia de la Argentina reciente con la excusa de contar cómo se desarrolló su vínculo con la escritura.
El capítulo cordobés de este festival nacional itinerante tendrá casi una docena de sedes en La Cumbre, aunque el epicentro de la programación ocurrirá en “El Paraíso”, la casona que Manuel Mujica Láinez compró en 1969 y donde se recluyó durante 15 años hasta su muerte en 1984.
En diálogo con Télam, Gabriela Adamo, directora ejecutiva de Fundación Filba, aseguró: “El clima del encuentro es festivo y muy alegre, con un combo de escritores de Buenos Aires y de Punilla que incluye a nombres como Tununa Mercado y Juan Sasturain con otros jóvenes y nóveles como Camila Sosa Villada. Hay mucha curiosidad y expectativa por leer juntos”.
“Se vienen realizando muchas actividades con el eje ‘cómo se hace un lector’ y se viene generando un clima muy interesante con charlas sobre la cantidad de mujeres escritoras de Córdoba, la presencia creciente y pujante de editoriales independientes que son fundamentales para difundir la obra de tantos escritores”, resaltó Adamo.
Con entrada gratuita, se desarrollarán clínicas de escritura, paneles, recitales de poesía y visitas al atelier de artistas plásticos con el objetivo de “llevar la mejor producción literaria de la Argentina a distintas ciudades del país, buscando incentivar el intercambio de ideas y la circulación de la literatura al nivel más federal posible”, según describen sus organizadores.
El clima de festival se había instalado desde temprano en las calles idílicas del centro de La Cumbre, un pueblo con 8.000 habitantes en pleno Valle de Punilla, donde funcionó el taller de la escritora Eugenia Almeida, y en la Galería Júpiter, donde se inauguró la muestra de arte con obras, entre otros artistas, de Martín Kovensky y Germán Wendel.
Forn (Buenos Aires, 1959) también participará del Festival con una charla abierta con la consigna “Los riesgos del escritor” que se realizará mañana viernes; mientras que el domingo será entrevistado por un grupo de lectores.
El autor de “Nadar de noche”, “La tierra elegida” y “Los viernes” retomó del británico W.H. Auden el concepto de poeta en ciernes y lo definió como “el que cree que solo un poeta puede reconocer en otro poeta esa llamada, porque solo un hermano es capaz de reconocer en otro la marca secreta de su estirpe”.
Ante un auditorio colmado en la Sala Miguel Ocampo, Forn hizo un repaso por definiciones de lo que es un joven poeta para distintos autores y recordó que para el serbio Charles Simic es “un realista que aún no ha decidido qué es la realidad”, y que el peruano Antonio Cisneros lo define como “el rey de los pálpitos: tiene uno por minuto, aunque la mayoría sean errados o los interprete mal”.
Durante su lectura, le habló a “los escritores de hoy”, a quienes les dijo que “en lugar de googlearse en Internet, deberían cada tanto dejar salir de su mazmorra al joven poeta que fueron”, y destacó que “escribir como es debido es, por ejemplo, escribir como escribió en inglés el ruso Joseph Brodsky”.
Forn relató que Brodsky llegó a Viena expulsado de la URSS y cuando las autoridades migratorias le preguntaron si conocía a alguien en el país, nombró a Auden, el gran poeta inglés, que no solo aceptó recibirlo en su casa, sino que lo llevó a Londres, donde lo presentó al mundo en un legendario festival internacional de poesía.
Al ganar el Premio Nobel en Literatura en el año 1987, recordó Forn que Brodsky se definió como “un poeta judío” que escribía en inglés como una forma de encontrarse con Auden “para hacer lo único que se puede hacer con un hombre mejor: seguir la conversación. En eso consisten, creo yo, las civilizaciones”.
Forn reconoció que si el inglés de Nabokov lo “pierde”, el de Brodsky lo “conmueve más, porque es hijo de la austeridad y los obstáculos”, y en ese línea destacó que “Borges amó el idioma inglés como Brodsky y Singer, solo que a la inversa: veneraba a tal punto el inglés que impregnó el castellano de una sonoridad diferente, e inventó un castellano que es hermano del inglés de Brodsky y Singer”.
A la hora de hablar de literatura argentina, el escritor y periodista rescató a Miguel Briante, “un rey de la palabra, un esclavo de la palabra, un enfermo de la palabra. Se pasó la vida intentando dejar el periodismo para poder escribir, y añorando escribir cuando estaba afuera de una redacción”.
Para Forn “uno va a contar su historia para saber cómo termina. Uno va a contar su historia para saber si su historia vivirá. De eso se trata, en el fondo, todo este asunto: de lograr que cuando uno muera la historia que haya contado siga viviendo”.
Si bien la inauguración oficial del Festival fue hoy, las actividades comenzaron ayer con un diálogo entre dos escritoras argentinas que viven en esta provincia: María Teresa Andruetto, autora de libros para niños y para adultos, que pasa con versatilidad de la narrativa al ensayo y a la poesía, y que ganó nada menos que el Premio Hans Christian Andersen; y Eugenia Almeida, autora de tres novelas y un libro de poesía, finalista -igual que Andruetto- del premio Rómulo Gallegos y con obra traducida en países como Francia, Italia, Portugal, Grecia e Islandia.
Ambas comparten universos temáticos -los años de la dictadura, los núcleos familiares, los personajes femeninos- con estilos muy personales, y son referentes fuertes para las generaciones más jóvenes de escritores cordobeses y de todo el país.
Antes del discurso inaugural, el poeta y editor Damián Ríos compartió su experiencia con escritores nóveles en la clínica “Ojo de editor”, a las 18 comenzó la lectura “Un refugio propio”, con Remo Bianchedi, Mario Castells, Eduardo Muslip, Mariana Robles, Camila Sosa Villada y Susana Withrington, que estuvo acompañada por una proyección de Leticia Obeid y música de Federico Durand.
Mañana las actividades siguen en el centro del pueblo, para mudarse el sábado a El Paraíso, la casa museo de Manuel Mujica Láinez, cuya producción literaria es eje de las consignas de esta edición que continuará hasta el domingo.