La Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos, que preside Teresa Anchorena, presentó hoy en un acto en su sede de Avenida de Mayo el tercer tomo del libro “Patrimonio Arquitectónico Argentino”, un registro federal que se constituye como un muestrario de la identidad argentina a través de ejemplos que van desde una bodega en Salta hasta los coloridos conventillos del barrio porteño de La Boca.
La obra, de más de 500 páginas, incluye fotografías y textos que dan cuenta de la singular belleza que recorre el territorio argentino en materia de arquitectura y está íntegramente dedicado a las viviendas levantadas entre 1880 y 1920, por lo que el relevamiento incluye desde los palacios de las clases pudientes hasta los conventillos, pasando por las “casas chorizo”.
El libro, realizado bajo la coordinación académica de los arquitectos Alberto Petrina y Sergio López, abarca ejemplos emblemáticos como la Residencia Bencich en la calle Maipú, el Palacio Ortiz Basualdo (actual Embajada de Francia), paradigma porteño de la estética Beaux-Arts; el Club del Progreso en la calle Sarmiento, la Casa Mínima (la vivienda más estrecha de la ciudad) en el pasaje San Lorenzo de San Telmo, o el edificio de rentas de Avenida Rivadavia 1906, una yuxtaposición de estilos, autoría del arquitecto Mario Palanti, famoso por haber ideado el Palacio Barolo.
El inventario abarca también la Antigua Villa Victoria en Mar del Plata, donde residió Victoria Ocampo; la estancia La Candelaria en Lobos, con un casco levantado durante la Belle Epoque; el actual Museo de Bellas Artes Juan Vidal de Corrientes, una construcción de 1860; o el antiguo Palacio Ferreyra -actual Museo Evita de la provincia de Córdoba-, edificio rodeado por un jardín diseñado por Carlos Thays.
También el flamante tomo incluye el Castillo de Wilkins en Tanti, Valle de Punilla; la antigua Casa de Horacio Quiroga en San Ignacio, Misiones; la residencia Villa Juana en Guaymallén, Mendoza, inspirada en residencias manieristas de Europa; la antigua Casa Quintana en la ciudad salteña de Cafayate, una de las bodegas más antiguas del Valle Calchaquí, y hasta el actual Museo del Fin del Mundo en Ushuaia, entre otros.
“Este libro alberga nuestro patrimonio, que es nuestra identidad. Nosotros somos esto, tenemos que conocerlo, preservarlo y fortalecerlo. En este nuevo tomo hemos incorporado mucha arquitectura moderna”, señaló a Télam Teresa Anchorena, presidenta de la Comisión.
Además, la funcionaria anunció que el 12 y 13 de mayo se realizará el Día Nacional de los Monumentos, una medida para transformar el patrimonio en una celebración. El acto contó además con la presencia de Marcelo Panozzo, secretario de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación.
Durante el encuentro se presentó también la Guía de Monumentos Nacionales de la Ciudad de Buenos Aires, una edición que actualiza los bienes protegidos por la Comisión, en un derrotero que incluye la Catedral Metropolitana, la Manzana de las Luces, el mural Ejercicio Plástico de David Alfaro Siqueiros (albergado en el Museo Casa Rosada) y el Antiguo Palacio Correos.
La nómina del patrimonio porteño continúa con el Teatro Colón, el Hogar Obrero en la Avenida Alvarez Thomas, la Casa Carabassa más conocida como Museo Evita, los tramos iniciales de la línea D del subte, el Puente Trasbordador Nicolás Avellaneda que une La Boca con la Isla Maciel, la Casa de Carlos Gardel, y obras más inesperadas como el archivo de la Conadep y las magnolias de la Plaza Dorrego.
(Con información de Télam)