El incremento tarifario reflejará la estimación inflacionaria del 15% comprometida por el Gobierno para este año y la necesidad de equilibrar el déficit operativo generado tras la incorporación de 8 nuevos distritos concretada desde 2016.
Desde la empresa se informó que con la readecuación, la tarifa promedio de un usuario residencial será de 208 pesos por mes y por servicio, el de agua y el de saneamiento, que significará una factura de 416 pesos, en tanto que la tarifa mínima va a ser de 130 por mes y por servicio.
Para aclarar el alcance del aumento, el único previsto para el año, desde Aysa se explicó que más del 80% de los 3,5 millones de usuarios estarán por debajo de tres tarifas mínimas (390 pesos), y el 50 por ciento por debajo de los 208 pesos.
La recomposición tarifaria incorporará, a partir del 1 de julio, la sustitución de los subsidios zonales que representa un 25 por ciento de la tarifa y que beneficia a 1,1 millón de usuarios, con el objetivo de alcanzar sistema tarifario uniforme en toda el área de concesión.
La eliminación de los subsidios debía entrar en vigencia el 1 de mayo de acuerdo a la Disposición 19 de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de 2017, pero la empresa solicitó que esa reducción del 25% en los valores tarifarios aplicables a usuarios de categoría residencial sea descontada gradualmente.
A la par del pedido de incremento de tarifas, la empresa anunció inversiones por unos US$ 935 millones para 2018, en un plan que comprende 320 obras que beneficiarán a casi 12 millones de habitantes.
Las obras serán financiadas 50% por aportes del gobierno nacional y créditos de organismos internacionales, mientras que el otro 50% será mediante obligaciones negociables emitidas por la empresa.
Las obras, algunas de ellas en ejecución, abarcan a los Sistemas Riachuelo, Berazategui y Agua Sur y las plantas de tratamiento Lanús, Fiorito, Sudoeste y Hurlingham, que beneficiarán en conjunto a 11.790.000 personas.