El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, adelantó, desde Washington, que el gobierno argentino “pedirá un acuerdo financiero ‘stand by’ de alto acceso” al Fondo Monetario Internacional (FMI).
El funcionario solicitará un crédito “stand by” en la reunión que mantendrá hoy en la capital estadounidense con la titular del organismo multlateral, Christine Lagarde.
Dujovne anticipó, a través de un comunicado, que el plazo para estos acuerdos “duran típicamente cerca de seis semanas” y podría firmarse en los primeros días de julio.
Desde temprano, el funcionario mantendrá una reunión con el subsecretario de Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, David Malpass. Por la tarde, se reunirá con Lagarde.
Estados Unidos es el país que cuenta con la mayoría de votos en el seno del consejo directivo del FMI, por lo que su dictamen es decisivo para la resolución del organismo sobre Argentina.
La modalidad de crédito del FMI denominada ”stand by de alto acceso” contempla plazos de entre 12 y 36 meses y está destinada a “solucionar problemas transitorios de las economías, como desequilibrios en la balanza de pagos o pérdida de reservas”. Como contrapartida, impone mayores condicionamientos, generalmente vinculados a metas de déficit fiscal y políticas monetarias más restrictivas.
El acuerdo financiero “stand by de alto acceso” que pedirá el gobierno contempla un monto regido por una combinación de factores, como la necesidad de financiación, la capacidad de pago del país, su “historial” con el FMI y el seguimiento de la economía.
“Todos los países miembros que enfrenten necesidades de financiamiento externo son elegibles para acceder a un acuerdo stand-by, con sujeción a las políticas del FMI”, indica la página web del organismo.
La duración de este tipo de préstamos “es flexible y, generalmente, abarca un
período de 12 a 24 meses y un plazo máximo de 36 meses, acorde con la
necesidad de atender problemas de balanza de pago a corto plazo”.
“El acceso a los recursos financieros del FMI en el marco de un Acuerdo Stand-By se guía por la necesidad de financiamiento del país, su capacidad de pago y su historial en el uso de los recursos del FMI”, indicó la cartera
El que pedirá Argentina se trata de un acuerdo precautorio de “alto acceso”, contemplado en el nuevo marco de préstamos “stand by”, formulados en 2009 y modificados en 2016. Se trata de un “tipo de servicio de aseguramiento frente a necesidades de financiamiento potenciales muy cuantiosas“, al que se recurre “cuando los países no tienen intención de utilizar los montos aprobados, pero conservan la opción de hacerlo si llegaran a necesitarlos”.
El FMI advierte que “ha introducido más reformas a las condiciones de sus préstamos para poner el foco en criterios que sean mensurables y observables”. “Se han eliminado los criterios de ejecución estructural”, precisó el organismo. En su reemplazo, se evalúan “parámetros de referencia en ámbitos de política clave, en el contexto de las revisiones de los programas”.
El pago de los recursos tomados en préstamo se debe reintegrar en ocho cuotas trimestrales iguales a partir de los 3 años y cuarto posteriores a la fecha de cada desembolso y la tasa de préstamo comprende el interés de los Derechos especiales de Giro (unidad de cuenta del FMI), determinada por el mercado, más un margen y sobretasas que dependen del monto y el plazo de reembolso del
crédito.
“Si el crédito se mantiene por encima del 187,5 por ciento de la cuota después de tres años, esta sobretasa se eleva a 300 puntos básicos”, aclara el FMI.
El crédito también incluye una “comisión inicial”, cobrada al comienzo de cada período de 12 meses, por los montos que podrían ser utilizados durante el ejercicio (15 puntos básicos por los montos comprometidos hasta el 115% de la cuota, 30 puntos básicos por los montos comprometidos que superen el 115% hasta el 575% de la cuota y 60 puntos básicos por montos que excedan el 575% de la cuota). También, establece un “cargo por servicio de 50 puntos básicos”.
(Con información de Télam)