El Grupo C de la Copa del Mundo generará al potencial rival de Argentina en los cuartos de final de acuerdo a la posición que ocupe el seleccionado de Jorge Sampaoli en la Zona D, y en ese horizonte surgen como principales candidatos el joven y vigoroso representativo de Francia y el Perú dirigido por el argentino Ricardo Gareca por encima de los otros dos integrantes, Dinamarca y Australia.
De la mano del entrenador Didier Deschamps los franceses armaron un equipo fuerte y competitivo, con un poderoso y joven ataque integrado por la estrella, Antoine Griezmann, y los juveniles Kylian Mbappé (18) y Ousmane Dembelé (21).
Pero no solamente de delanteros se nutre Francia, sino también de un medio campo de categoría que gira en torno a Paul Pogba y N’Golo Kanté, junto a un grupo de futbolistas de muy buen pie como Thomas Lemar, que por si esto fuera poco, cuenta con un sistema defensivo confiable. La velocidad es el eje de sus ataques y rápidamente puede nutar de un sistema 4-4-2 a un 4-3-3. La única preocupación en la previa pasa por el estado en que llegará el lesionado lateral izquierdo del Manchester City, Benjamin Mendy.
En tanto Perú, que vuelve a un Mundial después de 36 años de la mano del “Tigre” Gareca, también afrontará este certamen con un plantel joven, cuyo promedio de edad no supera los 24 años, pero que recibió en las últimas horas el mazazo de la inhabilitación de su máxima figura, Paolo Guerrero, al que se le elevó de seis a 14 meses una suspensión por dóping.
En un intento por regresar a las fuentes futbolísticas que lo destacaran como seleccionado a finales de los 70 y principios de los 80, tomadas de la escuela brasileña, Gareca armó un equipo que se apoya en un sistema 4-2-3-1 que ahora deberá adaptar a la ausencia de Guerrero, por lo que deberá apoyarse en la habilidad de Christian Cueva y la prodigalidad de Jefferson Farfán como alternativas ofensivas.
Por su parte Dinamarca continuará con el estilo de juego directo al que recurrió el técnico Age Hareide en la etapa clasificatoria a través de un sistema 4-3-3, buscando en el mediocampista Thomas Delaney el equilibrio necesario para no descompensarse. Claro que para ello deberá deberá apoyarse también en una defensa que le garantice solidez, y para ello recurrirá a Andreas Bjelland y el capitán Simon Kjaer como sus pilares.
Finalmente Australia fue la “hormiguita viajera” de la clasificación a la que accedió cuando solamente quedaban dos plazas vacantes para ocupar los 32 casilleros mundialistas, ya que por ser incluido en la zona asiática debió viajar unos 250.000 kilómetros desde Oceanía hasta destinos tan lejanos como exóticos, tales los casos de Arabia Saudita, Bangladesh, Tayikistán, Irán y Japón, Malasia y Honduras.
Después de alcanzar la clasificación mundialista tras superar en el repechaje con un seleccionado de la Concacaf como Honduras, tras terminar tercero en el grupo de Japón y Arabia Saudita, las autoridades australianas se encontraron con la sorpresiva renuncia de su entrenador, Ange Postecoglou, quien había llevado al equipo al título de la Copa Asia 2015.
El nuevo entrenador, el holandés Bert Van Marwijk, como su predecesor eligió apoyarse en la experiencia del veterano de 37 años Tim Cahill para sostener su sistema ofensivo que se apoyará en el 3-4-2-1 con el que buscará el milagro de alcanzar un segundo puesto que, por pasado y presente, parece complicado de alcanzar a menos de un mes del comienzo de la competencia.