El estado de salud de Mauricio Macri mantuvo ocupada a la Unidad Médica Presidencial (UMP) durante los poco más de dos años y medio de mandato, lapso en el que debió seguir de cerca tres operaciones (dos de rodilla y otra de cuerdas vocales), una internación por arritmia, una descompensación que requirió asistencia y dolores en la espalda, además del quiste pancreático que le detectaron esta mañana mediante una resonancia magnética.
Aunque fueron intervenciones sin riesgo para su vida, ya suman más de media docena los episodios de problemas de salud de Macri desde que llegó a la Casa Rosada, y que puso en alerta a su equipo médico. El último ocurrió esta mañana, cuando tras una resonancia magnética (realizada en una clínica privada del partido bonaerense de Vicente López) se constató la presencia de un quiste benigno en el páncreas.
Según se informó oficialmente, la resonancia de hoy confirmó la preexistencia de un quiste pancreático, detectado en una serie de consultas practicadas el 23 de mayo pasado.
El primero de los episodios de salud de Macri como Presidente tuvo lugar a menos de un mes de su asunción, cuando, el 8 de enero de 2016 se fisuró una costilla mientras jugaba con su hija menor, Antonia, en la quinta “Los Abrojos”.
Apenas meses más tarde, el 3 de junio de aquel año, Macri fue internado en la Clínica de Olivos por unas horas a causa de una arritmia; por eso, se le practicó una arteriografía y se le aplicó una descarga eléctrica para regularizar el ritmo cardíaco. Se resolvió entonces que la UMP sumara dos cardiólogos a su plantel.
A pocos días de ese episodio, el propio Macri habló con periodistas en la Casa Rosada y reveló que había sentido “como una agitación”, pese a lo cual continuó con tras actividades en Olivos, “a la espera” de que se le pasara. Pero eso no ocurrió. Al terminar aquella reunión llamó al médico de guardia de la Quinta presidencial, que le hizo un electrocardiograma y detectó una arritmia. “Creía que era una pavada que se me iba a pasar”, admitió Macri, pero tras cuatro horas de persistir aquella molestia se le aconsejó una internación, y que se sometiera a una descarga eléctrica para devolverle ritmo normal al corazón.
En julio de ese mismo año llegó la primera de las tres operaciones del Presidente: una artroscopía en la rodilla derecha por una lesión en los meñiscos que sufrió jugando al paddle, también en “Los Abrojos”. La intervención fue practicada en el Instituto del Diagnóstico; adonde volvería en agosto para continuar con la recuperación, que incluyó una infiltración.
Los contratiempos de salud continuaron ese año, cuando el 20 de diciembre fue sometido a una microcirugía láser en sus cuerdas vocales por un pólipo; una patología inflamatoria “que le provocaba una disfonía ‘ante el uso intensivo/abusivo de la voz'”, informó por entonces Simón Salzberg, jefe de la UMP.
El 24 mayo del año pasado, Macri sufrió una descompensación por efectos de la altura y el calor de la ciudad de Quito, a la que había viajado para la asunción del presidente ecuatoriano Lenín Moreno; le recomendaron entonces apenas unas horas de descanso en el hotel donde se alojaba.
La salud del Presidente volvió a ser noticia el 16 de agosto de 2017, cuando se operó por segunda vez de su rodilla derecha en el Sanatorio Otamendi, luego de que manifestara “molestias por la actividad física que hace siempre”.
Fernando Palizas, integrante de la UMP, explicó que Macri tenía “una inflamación crónica” en su rodilla derecha y que “con el tiempo podrían formarse calcificaciones”, que fue lo que le extrajeron en aquella cirugía.
Hasta hoy, el último episodio había ocurrido el 24 de febrero, cuando Macri debió retirarse anticipadamente del cumpleaños de la conductora Mirtha Legrand, del que salió recostado en el asiento trasero de una camioneta, tomándose la frente.
El motivo habría sido una lesión en su columna que arrastra desde hace años y de la que se había resentido al jugar un partido de padel con la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, días antes, en Chapadmalal.
(Con información de Télam)