Mientras la investigación sobre el rol de Rusia en las últimas elecciones presidenciales estadounidenses sigue su curso, la Casa Blanca y el Kremlin anunciaron en simultáneo la fecha de encuentro de los presidentes de ambas naciones: la cumbre entre el magnate Donald Trump y Vladimir Putin será el 1+6 de julio en Finlandia.
“Ambos líderes debatirán las relaciones entre Estados Unidos y Rusia y una serie de temas de seguridad nacional”, señaló la Casa Blanca a través de un breve comunicado. La reunión será en la ciudad de Helsinki.
Trump había dicho el miércoles que la reunión bilateral se realizaría después de una cumbre de líderes de la OTAN que tendrá lugar el 11 y 12 de julio, señaló la agencia Reuters. El encuentro entre ambos mandatarios llegará un día después de la final del Mundial de Rusia.
¿Qué temas pueden formar parte de la reunión? Tiene varios para elegir: el retiro de Estados Unidos del acuerdo sobre energía nuclear con Irán, las crisis en Siria, Venezuela y Ucrania, y el acercamiento estadounidense con Corea del Norte podrían estar entre los tópicos que ambos presidentes podrían llevar a suelo finlandés. La discusión sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses en 2016, que llevaron al líder republicano al poder, también sobrevuela para esta reunión.
La confirmación de la cumbre ya generó repercusiones en el mundo. “Celebro el próximo encuentro entre el presidente Trump y el presidente Putin, porque creo en el diálogo”, dijo el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, según consignó la agencia AFP.
Si bien los dos presidentes habían coincidido en distintos foros internacionales, este será el primer encuentro coordinado entre ambos países este año. Aunque las relaciones entre Estados Unidos y Rusia se vieron afectadas por la anexión rusa de Crimea en 2014, con la llegada de Trump todo cambió: a pesar de las denuncias de la intromisión del Kremlin en las elecciones de 2016, Trump elogió el trabajo de Putin y siempre se encargó de desligar a su gobierno de cualquier escándalo.