Su famoso e infaltable “Libro de Doña Petrona” vendió más ejemplares que el Martin Fierro o la Biblia, con más de tres millones de unidades hasta mediados de los años ’90. Fue la primera cocinera en animarse y efectivamente salir por televisión para transmitir sus famosas y suculentas recetas, clásicas de la cocina nacional. A 25 años de su muerte, el jueves 29 se inaugura en San Cristóbal -Avenida Jujuy 1582- una muestra con ediciones de sus libros, cartas, fotos y objetos personales, como algunos de los utensilios que utilizaba para cocinar.
El espacio inspirado y realizado a modo de homenaje a la cocinera, fue una iniciativa de Richard Saavedra, dueño de una empresa que hace uniformes para cocina desde hace 30 años, quien en realidad había convocado a los nietos de Petrona -Marcela y Alejandro Massut- porque quería tener su autorización para nombrar a uno de sus salones de su empresa con el nombre de su abuela. Lo que comenzó siendo una autorización termino convirtiéndose en museo, y el homenaje para reunir desde las primeras ediciones del libro de Petrona hasta su carnet de ecónoma jefa de Gas del Estado, se convirtió en un fenómeno. La repercusión en redes, sobre todo en la página de Facebook Doña Petrona C. de Gandulfo que cuenta con 340.000 seguidores, fue inmediata.
Entre los objetos que pueden verse en el museo, la colección incluye la cocina original de la ecónoma y otra a gas de la época, donada por una seguidora, de la línea que Doña Petrona promocionaba al enseñar a las amas de casa y por la que se hizo conocida. Hay también vajilla, cosas que tienen que ver con lo íntimo, para servir en su casa, para agasajar a sus amigos, y también cosas de la televisión.
Elegido por Saavedra, uno de los objetos estrella del museo, es una máquina de pastas de principios de los años ‘30, de madera y metal y en perfecto estado: estira la masa, corta en dos medidas y sirve para hacer ravioles. También hay una batidora Kenwood blanca, impecable, de los años 60, del estilo de las que se podían ver en “Buenas Tardes, Mucho Gusto”, el programa donde la cocinera se lucia, y miles de mujeres miraban al compás de sus biromes, anotando todos los secretos culinarios que el programa develaba.
Recordando sus orígenes, Petrona Carrizo nació en Santiago del Estero entre 1896 y 1898, ya que entre pasillos se comentaba que quizá ella se quitó algunos años, y se mudó a Buenos Aires con quien luego se convertiría en su primer esposo, Oscar Gandulfo. Inicialmente consiguió trabajo en la Compañía Primitiva de Gas para enseñar a usar las cocinas a gas, un novedoso artefacto para los argentinos en esa época. El gas y las innovaciones tecnológicas en general, más que la cocina en sí, serían para Petrona los grandes motores de su carrera. Con el correr de los años, incorporó también al freezer, pero “nunca entendió el microondas”, cuenta su nieta en una entrevista.
*El Museo Doña Petrona C. de Gandulfo abrirá sus puertas el jueves 29 a las 10. Con entrada libre y gratuita, podrá visitarse durante todo julio de lunes a viernes, de 10 a 17 y los sábados en Av. Jujuy 1582.
Enseñando a hacer facturas, en su clásico programa: “Buenas tardes y mucho gusto”.