El juez federal Claudio Bonadio continuó hoy con la ronda de indagatorias a empresarios, entre ellos Héctor Zabaleta, ex directivo de Techint mencionado por el chofer Oscar Centeno, quien acordó colaborar en la causa que investiga la trama de los cuadernos de las coimas y quedó en libertad.
Durante la jornada también se presentaron en los tribunales de Comodoro Py Javier Fernández, actual auditor general de la Nación que negó los escritos de Centeno, y el empresario Rudy Ulloa, quien también rechazó los cargos en su contra y se negó a prestar declaración indagatoria.
Tras pasar la noche detenido, Zabaleta declaró ante el juez y aportó nombres de otras personas que estarían involucradas en los hechos que se investigan, por el presunto pago de sobornos por la concesión de obra pública y para el financiamiento de campañas electorales del kirchnerismo, indicaron fuentes judiciales.
Precisamente, Zabaleta acordó con el fiscal Carlos Stornelli brindar información relevante para la causa a cambio de que se le reduzca una eventual condena y se sumó así a los empresarios Angelo Calcaterra, Javier Sánchez Caballero y Juan Carlos de Goycoechea, que tomaron el mismo camino y también fueron excarcelados.
Fernández, en tanto, llegó cerca de las 9.30 a los tribunales de Comodoro Py y permaneció allí unas tres horas: al brindar su testimonio aseguró que no tenía ninguna relación con la trama de presunta corrupción que se relata en los cuadernos de Centeno, a pesar de que allí se lo menciona como operador judicial del peronismo y se lo involucra en el mecanismo de pagos ilegales.
Antes de ingresar al juzgado Fernández insistió ante la prensa que nunca le entregó “una valija y un bolso” al ex número dos de Julio De Vido, Roberto Baratta, como figura en los escritos de Centeno, y que tampoco conoce a los empresarios involucrados en la causa.
Junto al ex juez Norberto Oyarbide, quien declarará este miércoles, Fernández está acusado de mantener reuniones con magistrados federales y ex funcionarios del Ministerio de Planificación, con el objetivo de “trabar causas judiciales” que recaían sobre la anterior gestión en los Tribunales de Comodoro Py.
A su turno, Rudy Ulloa, ex chofer de los Kirchner devenido en empresario de medios en Río Gallegos, escuchó los cargos que se le imputan, pero se limitó a negar las acusaciones y no quiso declarar: el santacruceño aparece en los escritos de Centeno como partícipe de reuniones con Baratta y su secretario privado, Nelson Lazarte, quienes le habrían entregado “dividendos”.
“Rechazó todas las imputaciones y se negó a declarar por mi recomendación porque nos mostraron cincuenta cuerpos de la causa y era imposible leerlo. Se fue en libertad y después de leer la causa veré si hago ampliar la declaración indagatoria”, explicó su abogado, Adrián Tenca.
(NA)