Pacho O’Donnell reconoce que el acontecimiento que está a punto de vivir puede tenerlo inquieto. “Para mí es un hecho en un punto intimidatorio y celebratorio”, dice el médico psiquiatra, escritor e historiador, a pocos días de que la muestra -su muestra- “Un placer secreto” llegue al Centro Cultural Borges.
Desde el 30 de agosto podrá conocerse una selección de aproximadamente 50 platos en los que intervino O’Donnell. “Es un soporte digno artísticamente, eso lo demotró Picasso y también mi amigo, Carlos Páez Vilaró, que viví de cerca su trabajo”, dice O’Donnell a Diario Vivo sobre el objeto principla que hace a su obra. “De alguna manera fui haciendo una combinación del barro del plato y del metal, del objeto de ferretería, del tornillo, la tuerca, el pestillo”, agrega.
Ante la consulta sobre cómo empezó a dedicarse a esta actividad artística, Pacho O’Donnell aclara: “Por empezar no sé si la palabra es dedicarse. Por un largo tiempo esto fue como un hobby, que luego fue adquiriendo más volumen. Y a medida que pasaron los años fui adquiriendo una capacidad expresiva que me fue interesando cada vez más, y hubo amigos que me convencieron de mostrarlo”.
“Fui empezando casi sin darme cuenta. La muestra se llama ‘Un placer secreto’ porque fue algo que fui haciendo muy privadamente, casi a puertas cerradas, con algo que tenía más que ver con una reflexión sobre mí. Y ahora deja de ser secreto”, cuenta O’Donnell que, a los 76 años, después de haber incursionado en la literatura, el teatro y la investigación histórica, hoy se abre paso con su obra artística.
Platos pintados, con distintos productos de ferretería pegados en sus superficie, y frases del autor componen la muestra que en pocos días llegará al Borges. “Una osadía”, dice sobre la acción de exhibir estas creaciones. “Para mí es un hecho en un punto intimidatorio y celebratorio. Dudaba de la posibilidad de exponer estas piezas, me puse como condición guiarme por la opinión de Rodrigo (por el curador de la muestra Rodrigo Alonso), que se mostró muy entusiasmado y con la plena convicción de hacer la curaduría”, dice en una comunicación telefónica. Asimismo, destaca la “generosa” invitación del director del Borges, Roger Haloua.
¿Qué mensaje, historia o concepto persigue O’Donnell? “Yo no busco nada, dejo que surja lo que surja -explica-. Hay piezas que son más abstractas y otras que intentan expresar algo. No he tratado nunca de bajar línea. El mejor arte es el que el autor deja que su obra fluya. Eso me ha pasado frente al plato, al poxipol y a las piezas de metal”.
En palabras de Rodrigo Alonso, “no hay en estas obras una mera investigación plástica sino un acontecimiento expresivo, comunicativo, a través del cual Pacho O´Donnell encuentra una nueva vía para ejercer la tarea constante de la interrogación”.
Desde el 30 de agosto, hasta el 23 de septiembre, el placer secreto de O’Donnell podrá encontrarse en la sala 11 del Borges.