Hamburgo está sitiada por la llegada de 20.000 policías de toda la Alemania, en el marco de la cumbre del G-20. Pero las estrictas medidas de seguridad no garantizaron que las calles de la ciudad portuaria vivan el encuentro de los líderes mundiales en calma, porque unos mil manifestantes se enfrentaron con la policía, que respondió con gases lacrimógenos y carros hidrantes.
Bajo el lema “Bienvenidos al infierno”, la manifestación partió desde el centro de Hamburgo, en donde se congregaron entre diez y veinte mil personas. Al llegar al Palacio de Congresos, en donde tendrá lugar la “cumbre de los veinte”, un grupo de mil personas vestidas de negro y con sus rostros cubiertos se enfrentó con la policía, con el lanzamiento de piedras, botellas y bengalas.
Las fuerzas de seguridad avanzaron por las calles de Hamburgo con carros hidrantes, y justificaron la represión en que los activistas no se quitaron los pasamontañas. Producto de las incidentes un concesionario de autos terminó incendiado. La policía alemana también utilizó drones y helicópteros para seguir la protesta.
Para estos días, la policía espera el desarrollo de 30 manifestaciones en las calles de Hamburgo, aunque también están previstas actividades de performance y hasta un recital masivo de artistas pop. Para mañana, los manifestantes planean interrumpir el tráfico portuario.
Además, este jueves comenzó la contracumbre de Hamburgo, en la que miles de jóvenes participan de debates y actividades que van en la dirección contraria al capitalismo. Los temas vinculados al medio ambiente y al cambio climático lideran las exposiciones del evento ubicado en la vereda opuesta al G-20.
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