Cada día más, las dudas acerca del papel que jugó Rusia durante las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos crecen con el paso de los días. El último ladrillo para acrecentar los interrogantes en el tema es una reunión que Donald Trump y Vladimir Putin mantuvieron durante el último encuentro del G-20 y que, hasta ayer, no había sido informado por ninguna de las partes.
De acuerdo al diario estadounidense The Washington Post, el encuentro hasta hora no comunicado, sucedió durante una cena en la última cumbre de los líderes mundiales realizada en Hamburgo, Alemania. Trump, que compartía la mesa con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y Juliana Awada, la esposa del presidente Mauricio Macri, en un momento de la noche se levantó de su ubicación y se dirigió a la mesa donde estaba Putin.
Según las versiones periodísticas, Trump dialogó con el presidente ruso con la única mediación del traductor oficial del Kremlin. No estuvo presente el traductor estadounidense y la Casa Blanca no comunicó el contenido de la conversación, aunque sí confirmó la improvisada reunión. Las dudas sobre el contenido de la charla, por supuesto, no tardaron en esparcirse.
En Twitter, Trump solo se limitó a protestar por la información revelada por los medios de comunicación, a la que calificó como “enferma y deshonesta”. “Hasta una cena preparada para los 20 líderes mundiales en Alemania la hacen aparecer como siniestra”, escribió el magnate en su red social favorita.
Las especulaciones en torno a este segundo encuentro se suman ahora a las ya existentes tras la primera charla entre ambos mandatarios en el G-20 cuando, el 7 de julio por la mañana, Trump y Putin hablaron durante dos horas, aunque en un principio la reunión tenía una duración prevista de apenas 30 minutos. En aquella ocasión, la Casa Blanca informó que los presidentes habían tratado la crisis en Siria y también la supuesta interferencia de Rusia en los últimos comicios presidenciales en Estados Unidos.