Fausto Spotorno: “El FMI no quiere dar dinero para controlar el dólar”

El economista de Ferreres & Asociados Fausto Spotorno analizó que la salida del Banco Central de Luis Caputo en la jornada de ayer no fue planificada. No obstante, en diálogo con Diario Vivo, el especialista consideró que haber renunciado antes “hubiera sido mucho más peligroso”, por el contexto de inestabilidad cambiaria, y hacerlo después hubiera complicado la firma del acuerdo con el FMI por el adelanto del crédito stand by para el año que viene.

-¿Fue planificada la renuncia de Luis Caputo?

-Si hubiera sido planificada, no nombrás un presidente del Banco Central para que esté tres meses. No parece muy planificado. Sí creo que la semana pasada, en algún momento, se jugó la posibilidad de que Caputo no esté porque había una serie de disidencias con el FMI.

– ¿Entonces Caputo dio un portazo, más allá de que ya hubiera conversado la posibilidad de retirarse?

-Creo que se terminó de decidir así, creo que Caputo siempre tuvo la renuncia sobre el escritorio. Oportuno no fue, con Macri afuera. La cuestión es si era posible hacerlo de otra manera, si era posible firmar el acuerdo con el FMI si Caputo continuaba y si hubiera sido mucho más peligroso que se fuera antes, con el dólar tan volátil.

-¿La principal disidencia con el FMI es el poco margen de acción que le da al Banco Central para intervenir en el mercado cambiario?

-Caputo cree que hay poder intervenir en el mercado de cambios porque, si no, es imposible contener las metas de inflación, más allá de limitar los agregados monetarios o elevar las tasas de interés. Pero el FMI no quiere dar dinero para eso. Para el mercado, el acuerdo más importante es el acuerdo con el FMI, el resto es secundario. Se compra con el rumor y se vende con la noticia.

-¿La crisis cambiaria y financiera de los últimos meses estuvo vinculada al déficit interno y los índices de la economía real o a las altas tasas de interés y los rumores del mercado?

-Tenés un déficit muy grande que se financia con deuda externa, de inversores que confiaron en las promesas que vos les hiciste. Hubo un componente global, que funcionó como telón de fondo, porque a fines del año pasado Estados Unidos subió la tasa de interés de largo plazo y los inversores sacaron sus capitales de los países emergentes y los llevaron a Estados Unidos. El primer punto fue que se achicó la billetera de los inversores en los mercados emergentes.

-¿Qué cambió entre enero de este año, cuando los mercados privados tomaron deuda argentina por 9.000 millones de dólares a una tasa de 4,6 a 7 por ciento, y fines de abril, cuando se inició la corrida?

-El riesgo que percibe el mercado está fundado en el costo de oportunidad y en la debilidad que empezó a percibir en la economía argentina. En primer lugar, se destruyó la credibilidad del gobierno el  28 de diciembre del años pasado (cuando el Banco Central y el Ministerio de Hacienda anunciaron la suba de las metas de inflación y la baja de las tasas de interés). Ahí dijeron `estos tipos no entienden nada´. Después se sumó la sequía, pero fue secundaria. La otra medida muy costosa para la confianza del gobierno fue la despedida de (Juan José) Aranguren. Afuera te decían que era el único que estaba funcionando bien. Después, se sumaron una serie de malas decisiones, que dieron señales de debilidad. A partir de marzo o abril, se empezó a percibir la debilidad estructural financiera de Argentina, cuando los fondos de inversión se encontraron que no había compradores para los bonos argentinos, ni en el mercado local. La salida de los fondos de Argentina fue mucho mas veloz de los que se esperaba.

– ¿Se generó una burbuja promovida por el mercado y las promesas del gobierno con respecto a la economía argentina?

– Creo que se generó una especie de burbuja con los bonos argentinos, que se empezó a generar en 2016. Hubo muchos errores del gobierno y cuando recurrió al FMI fue porque vio que eran sus últimos cartuchos. Cuando algunos decían que había que implementar una política de shock en el ajuste, era así. Pero en una año electoral, nadie quiso devaluar en un año electoral.

-¿La corrida cambiaria de 2014 estuvo mejor manejada que la de este año?

-Se produjo casi la misma devaluación y los mismos efectos espectrales. En 2014 hubo una devaluación que alcanzó casi 20 por ciento, y con cepo. Ahora, vamos a estar en eso.

-¿Las nuevas letras del Tesoro, que se licitaron la semana pasada, pueden producir el mismo impacto que la Letras del Banco Central (LeBaCs)?

-Van a ser mucho menor porque el monto total es menor y porque los vencimientos están más distribuidos (a cuatro meses y un año).