El consumo moderado de vino, tanto en el hombre como en la mujer, es beneficioso para la salud porque repara los daños producidos por el metabolismo, según un nuevo concepto científico que reclasifica a esa bebida como un alimento con efectos antienvejecimiento y de rejuvenecimiento porque enlentece y repara los daños del organismo.
“El estrés oxidativo, que es un estado de desbalance por el exceso de radicales libres producidos por el metabolismo y que no se pueden eliminar por el déficit de defensas antioxidante, causa envejecimiento prematuro y está en el origen de las enfermedades como la hipertensión, la diabetes, el cáncer y las neurodegenerativas”, explicó Raúl Pastor, médico del Hospital de Clinicas de Buenos Aires.
El profesional, especialista en Seguridad Alimentaria, Consumo, y Nutrición, agregó que “una nueva generación de antioxidantes como el resveratrol, presente en el extracto de las uvas, neutraliza a los radicales libres de manera natural, selectiva y sin efectos secundarios“.
Junto a otros especialistas internacionales, Pastor participó en Londres del coloquio “Vino y Salud”, con el auspicio de la Embajada Argentina en Gran Bretaña, la Academia Argentina de la Vid y el Vino, y Bodegas de Argentina.
En el coloquio se presentaron y debatieron los desafíos que afrontan la ciencia y la medicina en pos de mejorar la calidad de vida del ser humano y reducir el impacto del envejecimiento y sus enfermedades.
Entre otros avances se presentaron estudios sobre las acciones neurocognitivas y vasculares de la ingesta de polifenoles de los vinos espumantes, y evidencias que muestran el impacto positivo que tiene la presencia de los polifenoles en el vino tinto para la salud cardiovascular.