El periodista y escritor Isidoro Gilbert murió hoy a los 87 años. Gilbert tuvo una larga trayectoria en medios periodísticos y fue autor de dos libros imprescindibles para comprender al Partido Comunista en la Argentina: El Oro de Moscú y La Fede (Sudamericana).
Afiliado comunista a los 17 años en el colegio industrial Huergo, Gilbert se hizo conocido en 1951 cuando, siendo estudiante de química, encabezó la campaña por aparición con vida de su camarada Ernesto Mario Bravo, secuestrado por la Sección Especial de Represión al Comunismo de la Policía Federal, un escándalo que alcanzó proyección internacional y culminó exitosamente.
Durante 29 años fue corresponsal local de la Agencia TASS, y con anterioridad de las agencias CTK y Sinhua. Escribió durante más de 15 años para los diarios L’Unitá (Italia), L’Humanité (Francia), El Siglo (Chile), El Popular (Uruguay), además de varias publicaciones de Europa del Este y América Latina.
Además de corresponsal del TASS a partir de 1962, en reemplazo de Juan Gelman, Gilbert encabezó dos proyectos editoriales: el diario La Calle, en 1974, clausurado por Isabel Perón, y el diario Nuevo Sur, en 1991, del que fue secretario general de redacción.
Junto a John W. Cooke e Ismael Viñas, dirigió el semanario Soluciones (1960-1961). Trabajó en los diarios La hora, La calle y Sur. Fue colaborador de las revistas Panorama, el suplemento Enfoques del diario La Nación y de la revista cultural Ñ del diario Clarín. También publicó sus columnas políticas en los diarios La Capital y El ciudadano, los dos de Rosario. Entre sus libros se encuentran La ilusión del progreso apolítico, Una respuesta a Rodolfo Terragno (1986), El largo verano del 91 (1991) y El oro de Moscú (1994), recientemente reeeditado.
En las redes sociales y ya retirado, alternaba sus análisis políticos con críticas de tango, otro de sus amores. Sus restos serán cremados y sus cenizas dispersadas en el Río de la Plata desde el Parque de la Memoria, según su expreso pedido.