Afrodita de Capua, una escultura realizada durante el imperio romano de Adriano (117 al 138 d. C.), proveniente del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, llegó sana y salva al Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), en medio de un importante operativo de traslado.
“La Venus de Capua, una de las piezas fundamentales del arte occidental, ha inspirado la imagen de la femineidad por dos milenios”, expresó el director del museo, Andrés Duprat. Esta versión de Afrodita fue hallada en 1750 en el Anfiteatro Campano de Capua –el segundo en importancia después del Coliseo–, donde formaba parte de la decoración arquitectónica. En 1820, fue restaurada en los brazos, en parte del drapeado y en la nariz. Realizada en mármol, la pieza corresponde al período adrianeo y deriva de un original griego en bronce de finales del siglo IV a. C.
Posada sobre su pierna derecha, con el pie izquierdo apoyado sobre un casco, la diosa griega Afrodita (Venus, según la mitología romana), de 2,2 metros de altura y 750 kilos, está representada semidesnuda. Un himation o manto de rico drapeado recubre la parte inferior del cuerpo, sostenido por la rodilla de la pierna izquierda ligeramente doblada, y resalta la leve torsión del busto. El cabello está dividido en la frente y recogido en la nuca, que adorna una diadema cuyo borde posiblemente estuviese decorado con un hilo de perlas.
En el rostro, de forma ovalada, se distinguen los ojos almendrados y unos labios bien dibujados. La parte superior del cuerpo y la cabeza de Afrodita giran apenas hacia la izquierda, mientras los brazos se elevan para sostener, casi con seguridad, el escudo del dios guerrero Ares, donde la mujer se contempla como si se tratase de un espejo.
Para llegar hasta la Argentina, la escultura fue traslada en avión desde Nápoles y, para ingresarla al Bellas Artes, hizo falta un grúa y el apoyo de varias personas que guiaron la caja fuerte hasta la entrada del museo.
El mito representado fue motivo de diversas interpretaciones a lo largo de los años. La figura ha sido relacionada con el mito romano de la victoria de Venus sobre Marte, una alegoría del triunfo del amor sobre la guerra. Esta iconografía se refleja en testimonios del mismo período, tanto literarios (Argonáuticas, de Apolonio de Rodas) como pictóricos. De hecho, son numerosas las representaciones iconográficas presentes en las pinturas pompeyanas. Esta lectura puede vincularse, además, con la adoración de Venus Vincitrix en Capua, luego de que Julio César la convirtiese en colonia de veteranos, en el año 59 a. C., y la eligiera como deidad protectora de la ciudad.
La exhibición de esta obra del arte clásico forma parte de las relaciones e intercambios culturales entre los Estados italiano y argentino, y se lleva a cabo en el contexto de la Cumbre del G-20. La escultura podrá verse en el hall de ingreso del museo hasta el 17 de febrero.