La escritora y crítica de arte, María Gainza, publica su su segunda novela “La luz negra”. Por tal motivo, dialogó con Télam donde reveló algunos detalles de su nuevo libro.
En “La luz negra” seguimos el rastro biográfico de una falsificadora de cuadros. La trama narra una historia por momentos casi detectivesca, que no busca tomar posición sobre el engaño pero sí exponer los frágiles límites entre el original y la copia.
“La luz negra” es la luz que certifica la autenticidad. En esta novela, la narradora es una joven crítica de arte cuya formación laboral empieza de la mano de una tasadora que da por originales obras falsas.
Consultada por el valor del original, la autora señala que éste “es un tema de mercado. Tan abiertamente de mercado que es obsceno. Una falsificación es un delito económico en un mercado que también tiene mucho de espurio. “Falsificar es un delito económico pero no sé si es un delito estético”, decía Blake Gopnik. La narradora piensa que “si una falsificación es lo suficientemente buena para engañar a los expertos, entonces es lo suficientemente buena para darnos placer”. No tengo muy en claro de qué lado del debate me paro. O si lo sé pero soy como esos periodistas deportivos que no quieren decir de qué equipo son. De todas formas, no quería que mi libro fuera una toma de posición moral sobre el tema“.
La pista del peritaje, y de la tasadora, llevan a la protagonista hasta la obsesión por reconstruir la biografía de una de otra de las ejecutoras de la falsificación.
Como en su anterior libro de ficción, “El nervio óptico”, la autora despliega un registro repleto de imágenes que transmutan la lectura a referencias artísticas. Al mismo tiempo deshoja la pretensión de lo real, sobre todo en el mercado del arte.
La novela fue fruto de un arduo proceso de investigación por parte de la autora. Además reveló cual es la chispa que dispara cualquiera de sus proyectos creativos. “Necesito un personaje (aunque sea leyenda), una pintura (aunque sea falsa), una anécdota (aunque sea mentira), una imagen (aunque sea un espejismo) algo que dispare el caballo de mi imaginación“.
Sin embargo la autora se corre un poco del eje de la discusión en torno a la falsificación. “Para mí la falsificación era uno de los tantos temas del libro pero no el central. Lo que quería contar era la historia de una leyenda, quería hacer “la biografía del humo”. Porque: ¿qué es una leyenda sino el humo que deja alguien cuando abandona una habitación? Apenas empecé me di cuenta que no iba a encontrar muchas certezas. Y eso, en lugar de disuadirme, espoleó mi imaginación. “La luz negra” es un intento de biografía que fracasa y en ese fracaso, quizás, con suerte, encuentre algo medular.”
FICHA TÉCNICA:
Título: “La luz negra”
Autora: María Gainza
Sinopsis: Esta es una novela sobre falsificadores y falsarios, con personajes reales que parecen de ficción. La narradora, una crítica de arte que trabajó para una tasadora por cuyas manos pasaban obras falsificadas, relata una historia singular. Aunque advierte: «No esperen nombres, estadísticas, fechas. Lo sólido se me escapa, solo queda entre mis dedos una atmósfera imprecisa, técnicamente soy una impresionista de la vieja escuela. Además, todos estos años en el mundo del arte me han vuelto un ser desconfiado. Sospecho en especial de los historiadores que con sus datos precisos y notas heladas a pie de página ejercen sobre el lector una coerción siniestra. Le dicen: “Esto fue así”. A esta altura de mi vida yo aprecio las gentilezas, prefiero que me digan: “Supongamos que así sucedió.”»
En el centro de la trama hay un personaje llamado la Negra que falsifica lienzos de la pintora Mariette Lydis, retratista de la alta sociedad bonaerense. Y tirando de ese hilo aparece otro artista del fraude, Federico Manuel Vogelius, falsificador de obras de Pedro Figari. Aparecen también un lugar llamado Hotel Melancólico en el que viven varios artistas. Así como una película de culto sobre beatniks bonaerenses en la que asoma la Negra, figura escurridiza donde las haya…
Esta es una novela sobre el arte y la vida. Sobre el engaño y la manipulación. La realidad y la ficción, lo vivido y lo contado. Una narración sinuosa, enigmática y envolvente que seduce y atrapa. Tras deslumbrar a la crítica con “El nervio óptico”, María Gainza vuelve a tomar el mundo de la pintura como punto de partida. Y despliega de nuevo su inusitado talento en una obra magnética.
Editorial: Anagrama