Se cumplen hoy cien años del nacimiento del escritor estadounidense Jerome David Salinger, autor de culto y ventas, reconocido principalmente por su novela “El guardián entre el centeno”, una obra cumbre de la literatura del siglo XX que inmortalizó a su protagonista Holden Caulfield.
El 1 de enero de 1919 nació en Manhattan, Nueva York, este autor reacio a la exposición pública, quien pasó los últimos años de su existencia refugiado en una vivienda de la pequeña ciudad de Cornish (Nueva Hampshire), adonde se trasladó en 1953 y donde falleció el 27 de enero de 2010, a los 91 años.
La novela -traducida en algunos países como “El cazador oculto”- fue escrita desde el punto de vista de un adolescente enfrentado a la hipocresía del mundo adulto y está narrada con importantes dosis de ironía.
Además, Salinger es autor de los libros “Nueve cuentos” (1953), “Franny y Zooey” (1961) y “Levantad, carpinteros, la viga maestra”, “Seymour: Una introducción” (1963). Uno de sus relatos más famosos, “Día perfecto para el pez plátano”, apareció como un cuento corto en la revista The New Yorker.
Si bien Salinger publicó su último cuento en 1965, continuó escribiendo hasta su muerte en 2010 y, según revelaron sus biógrafos Shane Salerno y David Shields en “La guerra privada de J.D. Salinger” existen cinco obras inéditas que aun no vieron la luz, lo que genera el entusiasmo de sus devotos.
En 1965 Salinger interrumpió su relación con los medios de comunicación; dejó de conceder entrevistas y no hizo declaraciones de ningún tipo. Sólo concedió una entrevista por teléfono en 1974 al diario The New York Times para decir: “Existe una maravillosa paz en no publicar”.
Por todo esto, hacía mucho tiempo que Salinger vivía recluido y alejado del ruido cuando un escalofriante episodio quedó asociado para siempre con su nombre: el 8 de diciembre de 1980 en el vestíbulo del edificio Dakota, un fanático pidió a John Lennon un autógrafo, y luego de ello lo asesinó de cinco balazos.
Luego de matar a uno de los músicos más grande de la historia, Mark David Chapman se sentó tranquilamente en el borde de la vereda a esperar que llegue la policía, mientras leía “El guardián entre el centeno”. “Esta es mi confesión”, exclamó Chapman exhibiendo el libro, mientras era esposado.
Algunas biografías y textos han intentado desentrañar la vida del brillante escritor que mañana cumpliría cien años, autor de una obra tan breve como potente y duradera, tan celoso de su vida privada que supo convertir en leyenda su reclusión auto impuesta.
(Fuente Telam)