La tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte sigue en aumento. En las últimas horas, desde el país comunista afirmaron que uno de sus objetivos puede ser la base estadounidense ubicada en la isla de Guam, en el océano Pacífico. La apuesta del líder norcoreano Kim Jong-un tuvo su respuesta. Por un lado, Donald Trump, fiel a su estilo, respondió con más agresiones en las redes sociales. Fue el secretario de Estado de Washington Rex Tillerson quien salió a poner paños fríos al asunto: “Los estadounidenses pueden dormir tranquilos”, afirmó. Pero el nerviosismo continúa.
Según la agencia norcoreana KCNA, las fuerzas armadas comunistas estarían “examinando cuidadosamente un plan operativo para un fuego envolvente en torno a Guam con misiles de alcance medio-largo Hwasong-12 con el objetivo de contener las principales bases estratégicas de Estados Unidos en la isla, incluida la Base Aérea de Anderson”.
“Mi primera orden como presidente fue renovar y modernizar nuestro arsenal nuclear. Ahora es más fuerte que nunca”, expresó Trump, a través de la red social Twitter. En su red social favorita, el mandatario evitó los mensajes pacifistas. Antes, desde su retiro de descanso (el mandatario afirma que no está de vacaciones), el magnate inmobiliario había dicho: “Será mejor que Corea del Norte deje de amenazar a Estados Unidos”. Y agregó que de lo contrario el país asiático “se encontrará con una furia y un fuego jamás vistos en el mundo”.
Ante tantas declaraciones incendiarias, Tillerson aportó un poco de racionalidad. “Los americanos pueden dormir tranquilos por la noche”, dijo el funcionario, y añadió que no hay ningún “peligro inminente” de conflicto.
El secretario de Estado aseguró que “cuando las condiciones sean correctas”, Estado Unidos podrá “dialogar sobre el futuro de Corea del Norte”. “La mejor señal que Corea del Norte puede darnos de que están dispuestos a hablar sería detener estos lanzamientos de misiles”, consideró Tillerson.