Rusia empieza a mirar con buenos ojos llevar civiles al espacio. Todo pasaría, claro, como una buena forma de hacer negocios: incursionar en el turismo espacial y, de esta forma, financiar su programa espacial. Para embarcarse en esta empresa, Glavkosmos, la agencia espacial rusa, emplearía sus emblemáticas naves Soyuz.
La idea entonces es, a partir de 2022, llevar dos civiles en las Soyuz, que estarían tripuladas por un profesional. El destino sería la baja órbita terrestre, y la duración de la aventura sería de diez días.
En 1967 las Soyuz comenzaron a ir y venir desde el espacio. Están compuestas por dos partes: la cápsula y el cohete. En la actualidad, se utilizan para llevar y traer mercadería y elementos de la Estación Espacial Internacional.
En el caso de la cápsula, está dividida en tres partes: el módulo orbital (en donde viven los cosmonautas cuando la Soyuz está en órbita), el módulo de descenso (en donde se ubica la tripulación al momento del despegue y durante el descenso a Tierra) y, por último, el “home” en donde se encuentran los sistemas de la nave.
Un dato curioso de la Soyuz es que siempre hay una acoplada a la Estación Espacial Internacional, lista para asistir a los astronautas y cosmonautas en caso de cualquier emergencia.
La idea de Rusia es vender pasajes para conocer el espacio en una de estas naves y, desde ya, los pasajes no serán baratos – ya se habla de millones de euros. De lo que estén dispuestos a pagar los turistas espaciales dependerá la estadía espacial.