El jueves por la tarde, la periodista Kim Wall, de 30 años, fue hasta el puerto de Copenhague a hacer su trabajo: una nota sobre un submarino, denominado UC3 Nautilus. La embarcación privada había sido construida gracias a las donaciones de anónimos, a través de una campaña de crowfunding. Así, Peter Madsen logró concretar su deseo.
Pero la historia de un hombre que pudo construir su propio submarino tomó, hace cuatro días, un giro oscuro: desde hace tres días nadie sabe dónde está Wall, luego de que el submarino se hundió en el mar. El hombre fue rescatado, pero no hay rastros de la periodista. Y con el correr de las horas, se conoció que el UC3 Nautilus se hundió intencionalmente.
Hasta ahora, lo que se conoce es que la periodista hizo su entrevista en el puerto de Copenhague y luego se embarcó en el submarino para dar unas vueltas alrededor de la ciudad. Dos horas más tarde, el UC3 Nautilus se hundió. Madsen dijo, por un lado, que Wall le había pedido bajar en Refshaleoen, una isla de la ciudad. Pero nadie vio a la periodista. Las pericias, además, llegaron a la conclusión de que el submarino, de 40 toneladas y 18 metros de eslora, no tuvo fallas.
La última foto de Wall, a bordo del submarino, la tomó un navegante a las 20.30 del jueves.
Después del rescate de Madsen, se implementó un operativo de búsqueda en el mar, con barcos, lanchas y helicópteros. A pesar de esto, Wall no apareció, y las primeras pericias en el submarino no dieron pistas tampoco sobre el paradero de la joven.
Madsen se encuentra detenido, “por haber matado de forma desconocida y en un lugar desconocido” a la periodista sueca, que colaboraba con medios como The Guardian y The New York Times, entre otros. La policía, además, reveló que el hombre cambió su declaración inicial, aunque no dio mayores detalles.