La cantante Taylor Swift no deberá pagarle al locutor y DJ David Mueller tres millones de dólares. Así lo determinó la Justicia federal de Estados Unidos, después de que Mueller inició una demanda contra la artista, quien lo había acusado de manosearla previo a un recital. Ante la denuncia de la joven artista, el el hombre inició una acción legal porque, según argumentó, las acusaciones eran falsas.
Sin embargo, el intento de Mueller no prosperó. El juez William Martínez (Colorado, EEUU) argumentó que el locutor no había presentado suficientes pruebas para probar que Swift actuó mal.
Tras el escándalo, Mueller fue despedido de la radio en donde trabajaba. Según reveló Swift, el abuso ocurrió durante una sesión de fotos en la previa de un show en 2013, en la que el conductor radial la manoseó por debajo de su pollera. “Fue intencionado, se quedó agarrado a mi nalga. Noté como me agarraba la nalga por debajo de la falda”, relató la cantante.
La artista contó luego que no quiso llevar el acoso a los medios de comunicación porque prefirió abordar el problema “de una forma discreta, en silencio y confidencial”. Lo que sí hizo fue presentar una queja ante la emisora, que optó por despedir a Mueller.
El fallo fue festejado por Swift, quien se abrazó a su madre en el tribunal. Ahora, la estrella de la música pop espera que el veredicto en el juicio que ella leva contra Mueller, por el abuso en sí mismo. En ese proceso, la cantante pide como indemnización la suma simbólica de un dólar porque, según dijo, solo quiere crear conciencia de la problemática del abuso sexual.